Pivote eléctrico vs Pivote hidráulico

Si analizamos todo el mercado mundial del riego mecanizado, podemos ver la tendencia: el 98,7% está compuesto por máquinas de riego que son accionadas por energía eléctrica, esto se debe a que el suministro eléctrico supone un menor coste de inversión por hectárea regada. Si bien es cierto, que la participación en el mercado de Estados Unidos de los Pivotes hidráulicos ha crecido en los últimos 15 años en un 400 %, sólo es un caso especial el del mercado australiano, donde los equipos hidráulicos representan más del 60 % del total.

La principal diferencia entre los dos sistemas se encuentra en el motor de accionamiento. Por un lado, el Pivote eléctrico funciona con electricidad y se enciende cuando es necesario mover las torres. Es decir, detiene sus motores cientos de veces cada día para que las torres más avanzadas esperen a ser alcanzadas por las otras torres y ponerse de nuevo en funcionamiento. Por otro lado, el Pivote hidráulico se pone en funcionamiento con la misma agua que riega los cultivos del agricultor, es decir, no es necesario activarlo y desactivarlo. El sistema hidráulico está siempre alineado ya que todas las ruedas se mueven de forma simultánea.

La transmisión hidráulica ofrece una serie de diferencias que no se perciben en el caso de los Pivotes eléctricos. En un sistema hidráulico cada torre funciona con un movimiento continuo, mientras que en el caso de los Pivotes eléctricos se produce una acción de arranque y parada. El movimiento continuo y a la velocidad requerida, produce una buena uniformidad en la aplicación del agua, los fertilizantes, herbicidas y pesticidas que requiere el cultivo. El movimiento del Pivot eléctrico supone una mayor durabilidad de los engranajes (mayor vida útil) y una operación eficiente, económica y simple.

El Pivote hidráulico tiene eficiencia de aplicación y robustez, todo ello unido a una baja necesidad de mantenimiento. El funcionamiento de los Pivotes de accionamiento eléctrico es más complejo puesto que poseen cajas de control en cada una de las torres que operan los motores eléctricos y por tanto, el mantenimiento debe ser realizado por un profesional con conocimientos en el área eléctrica. Los Pivotes hidráulicos tienen una bomba hidráulica central y motores hidráulicos en cada una de sus torres, simples de operar y mantener.

Los accionamientos eléctricos, ofrecen la posibilidad de variar la velocidad de avance desde el 0 al 100%, por el contrario, los equipos hidráulicos, sólo pueden regular la marcha a partir del 30%, lo que desestima su uso en equipos con poca lámina o con caudales bajos ya que resulta imposible aplicar láminas importantes a baja velocidad.

Al comparar las diferencias en consumos de energía entre los Pivotes eléctricos y los hidráulicos, los primeros son mucho más eficientes en términos de consumo energético ya que para un equipo de 80 hectáreas, el consumo está en torno a los 7 Kvas, mientras que los hidráulicos necesitan 18 Kvas. Esta diferencia es muy importante si tenemos en cuenta la potencia requerida para accionar un sistema u otro en términos de gastos. El empleo de un Pivote hidráulico supone más de 3.850 euros en energía anual sólo para su desplazamiento.

En la actualidad, existen Pivotes hidráulicos con motores helicoidales, planetarios y bombas hidráulicas de volumen variable y presión constante, que requieren un consumo energético menor que los antiguos. Un sistema de riego de Pivote hidráulico puede ser alimentado por varias fuentes de energía: motor, correa de transmisión y motor eléctrico simple o trifásico.