Alfalfa aragonesa reconocida internacionalmente
La agricultura del futuro requiere el cumplimiento de unos estándares de seguridad alimentaria, de bienestar o medioambiental y de sanidad animal, cada vez más elevados.
Cultivo de alfalfa en Aragón
Dentro de la Comunidad aragonesa, el Valle del Ebro reúne unas condiciones óptimas para el cultivo de la alfalfa:
- Climatología cálida y poco lluviosa.
- Tierra caliza con pH básico.
- Agua de riego de gran pureza que procede principalmente del Pirineo.
Todos estos factores que facilitan su cultivo, junto con el desarrollo tecnológico, tanto en la producción (sistemas de riego, laboreo, corte…), como en la transformación desarrollada por las deshidratadoras, finalizan con la obtención de una paca de alfalfa deshidratada de especial calidad que prácticamente no tiene competencia.
Con más de 100.000 hectáreas de cultivo, Aragón produce más de 5 millones de toneladas de alfalfa, y consolida su capacidad de exportación internacional garantizando su competitividad. Sin embargo, el cultivo a exportar debe cumplir un exigente protocolo sanitario, así como unas garantías de ausencia de gérmenes, dioxinas o metales pesados, y también protocolos fitosanitarios, condiciones de proceso de deshidratación o de prevención de presencia de malas hierbas, etc.
La alfalfa aragonesa
El destino principal de la alfalfa aragonesa es la alimentación animal y por ser un producto de gran calidad se exporta de forma habitual a Francia, Portugal, Marruecos, Argelia o Túnez. Además, es muy valorada y demandada por países como los Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí, que actualmente suponen el 75% de la exportación total y en la actualidad se está exportando también a la República Popular China a razón de 7.000 toneladas mensuales.
Doce industrias deshidratadoras aragonesas cuentan con autorizaciones muy restrictivas de países como China para la exportación de alfalfa deshidratada a granel o en forma de pellets.
Las proteínas que aporta la alfalfa aragonesa favorecen la producción de leche, haciéndola idónea para la alimentación del ganado vacuno. Estas características la han hecho de gran interés para los países de la zona del golfo pérsico encabezados por los Emiratos Árabes, que con su gran capacidad económica están pagando la paca deshidratada a unos 220 euros por tonelada.
Ocurre lo mismo con China, que tiene un gran déficit forrajero y al mismo tiempo, una gran necesidad de potenciar su calidad y cantidad de producción de su sector lácteo ante la creciente demanda de la población y con el fin de mejorar la calidad de la leche en polvo para bebés.
En este contexto, Aragón produce más alfalfa que toda Francia, siendo el máximo productor de España (más del 60% de la producción nacional) y en esta Comunidad hay 37 plantas deshidratadoras de alfalfa (el 50% de las que hay instaladas en todo el país). En cuanto a los precios actuales, la alfalfa de primera granulada o en bala cotiza en lonja a unos 190 euros/tonelada, el granulado de segunda cotiza a 155 euros/tonelada y la bala de segunda a 145 euros/tonelada.