Ejemplos de rotación de cultivos
Una agricultura sostenible que evite que se agote el suelo a mayor velocidad de la que se regenera y mejore los rendimientos y la protección de las plantas, requiere de rotaciones de cultivos más largas y variadas.
La rotación de cultivos en distintos países
Existen varios ejemplos de rotación de cultivos en distintos países, que merece la pena analizar.
En Dinamarca se realizan rotaciones de cultivos de 5 años con variedades de trigo tradicionales y robustas como “Öland” que logra hasta un 14% de contenido en proteínas, con un nivel adecuado de nitrógeno. El primer año se siembra trigo, seguido de trébol como cultivo intermedio. Los años siguientes se suceden el trébol como abono verde, la colza de invierno y el trigo o el centeno de invierno. Un cultivo de avena de primavera cierra el ciclo del quinto año. La fertilización se realiza mediante purín de cerdo y trébol, la leguminosa no solo aporta fijación de nitrógeno, sino que además aporta nutrientes ya que en la primera siega de junio se tritura y se mezcla con el purín. Para luchar contra el cardo y la grama, se levanta el rastrojo de la superficie después de la cosecha de otoño y se labra en primavera.
En España, debido a la estricta normativa fitosanitaria vigente, las sustancias activas permitidas a los agricultores son cada día más reducidas. Los productores de frutas y verduras solo tienen como solución la producción integrada mediante la interacción de distintas familias de plantas para controlar las malas hierbas y las plagas. Una rotación de cultivos típica consiste en cultivar tomates de mayo a agosto, habas de octubre a mayo y fresas de junio a mayo. Aportando la fertilización necesaria mediante el riego (con una frecuencia de dos o tres semanas) se ahorra aproximadamente un 50% en costes de fertilizante respecto a una rotación sin habas. El fertirriego de los tomates se aplica rico en potasio beneficiando también a las habas. Éstas se siembran en el acolchado de los tomates, sin ningún aporte fitosanitario y sin trabajar el suelo. El suelo está protegido contra las heladas en invierno y permanece fresco todo el año. Con este sistema se obtiene un efecto positivo en el sabor y en el valor nutricional del producto, al tiempo que se cosecha entre diez y doce días antes, pudiendo vender a mejor precio.
En Francia se están practicando tres rotaciones de cultivos innovadoras, dos son ecológicas: soja, maíz para sembrar, trigo duro, ajo, colza cilantro (con riego); o haboncillos de otoño, dos años de Salvia sclarea, guisantes y trigo blando (sin riego). La tercera es convencional con pocos insumos: calabacín semilla, trigo blando, colza, albahaca y girasol. Cultivos de alto valor de mercado, pero también grandes desafíos fitosanitarios.
En Inglaterra, la adormidera es un cultivo de gran rentabilidad y un precedente formidable para todo tipo de cereal. Sus cabezas se destinan a la producción de morfina y sus granos a la alimentación. Es un cultivo delicado porque se trata de granos extremadamente pequeños y que requieren de una correcta profundidad de siembra (35 milímetros). Tras la cosecha, se tritura el rastrojo con la cosechadora y se siembra generalmente sin labrar. Entre cosecha y cosecha de adormidera deben pasar cuatro años. En este intervalo, la cebada de primavera o la avena de primavera y de invierno, permiten obtener incluso en suelos calcáreos rendimientos medios de 8 toneladas por hectárea.