Plástico con el salvado de los cereales
Una botella o bolsa de plástico convencional tarda en degradarse por la naturaleza entre 100 y 1000 años. Además, se requieren aproximadamente 1,5 millones de barriles de petróleo cada año para la fabricación de las botellas y bolsas de plástico que el mercado demanda hoy día. La alternativa a esta situación pasa por los plásticos biodegradables elaborados a partir de materias primas renovables normalmente de origen vegetal, como el salvado de los cereales.
Alternativa al plástico: el salvado de los cereales
El salvado se encuentra en las capas externas de los cereales y se obtiene de la molienda del trigo, centeno, avena… concretamente de las primeras capas del cereal. Es la parte del grano de menor valor y aunque su destino principal es la alimentación animal, los últimos avances en ingeniería química permiten producir bioplásticos y medicamentos a base del salvado de los cereales. Un nuevo método desarrollado por los investigadores permite extraer del salvado de los cereales una molécula que puede servir de antioxidante y de materia prima para elaborar materiales sintéticos. Para el proceso de extracción, se utilizan enzimas y agua a presión a alta temperatura.
El salvado de trigo es el resultado de una parte de la molienda de los granos, se procesa de las cinco capas más externas del grano, que contienen: celulosa, polisacáridos, proteínas, grasas, minerales y agua. La materia prima se comprime para dar forma a estos utensilios con una maquinaria industrial que utiliza solo presión y vapor para darle la forma final a los productos sin necesidad de utilizar aditivos.
Estos materiales elaborados a partir del salvado de los cereales, abren la puerta a la fabricación de envases activos para carne o fruta que evitarán su oxidación, es decir, la modificación del aspecto de su contenido; también pueden utilizarse para aportar distintas texturas alimentarias o como aglomerante para cosméticos. En el ámbito médico, los derivados del salvado podrán servir para encapsular sustancias activas susceptibles al oxígeno.
Otra línea de producción que reduce la dependencia de los productos plásticos conocidos, es la fabricación de platos y utensilios a base de salvado de trigo (de todas las formas y tamaños imaginables). Se trata de un producto muy beneficioso para el medio ambiente ya que se degrada en un plazo de 30 días una vez desechado y en contacto con el agua. Por otro lado, un plato de papel tarda como mínimo 6 meses en descomponerse, un plato de bioplástico tarda como mínimo 2 años y un plato de plástico convencional tarda siglos en descomponerse.
Estamos en una zona de grandes explotaciones cerealistas y nos interesa la posibilidad de elaborar envases ecológicos. Agradeceríamos cualquier información o comentario al respecto.