Higroconvectores para eliminar humedades

Los higroconvectores se utilizan con frecuencia para solucionar los problemas de humedad por capilaridad que surgen en los muros y paredes de las edificaciones rurales y las construcciones de las explotaciones agrícolas, debido a una escasa cimentación y a que el aislamiento con el terreno no es el adecuado.

La capilaridad es un fenómeno natural que ocurre cuando el agua, junto con las sales minerales que proceden del subsuelo, es absorbida por los poros o capilares de los materiales de construcción. Cuando estos llegan a su punto de saturación, es decir, ya no pueden absorber más agua ni sales minerales, es cuando aparecen humedades por capilaridad.

Este proceso ascendente, también denominado “atracción capilar” aparece habitualmente en edificaciones antiguas donde no existe un buen aislamiento entre la cimentación y las paredes exteriores. En el caso de las paredes interiores se debe a que la solera o forjado no presenta un correcto aislamiento con el terreno.

Problemas asociados a la humedad por capilaridad

• Deterioro y desconches de la pintura, yeso o revestimiento e incluso en algunos casos, presencia de moho. Dichos desperfectos aparecen en la pared desde el suelo hasta una altura de 1,20 metros aproximadamente.
• Aparición de sales higroscópicas (salitre).
• Malos olores.

En general, la humedad por capilaridad aumenta en los meses de lluvias (hay una mayor presencia de agua y una menor evaporación) e incrementan su altura si la pared no transpira (por ejemplo, tras aplicar un revestimiento impermeable para intentar eliminarlas).

Una solución para eliminar la humedad por capilaridad sería la instalación de higroconvectores o de sifones atmosféricos, que son tubos inclinados que se introducen en los muros, aproximadamente 6 o 7 por cada metro lineal. Dentro de estos higroconvectores se crea un flujo de aire donde el aire húmedo es reemplazado por aire seco. De esta manera se seca la pared al hacer evaporar la humedad hacia afuera y se eliminan las humedades.

Los higroconvectores son de PVC neutro calado. La cabeza tiene un diámetro de unos 3,5 centímetros y su longitud total es de 30 centímetros, pudiéndose cortar para adaptar a todo tipo de espesores y muros.

Instalación de los higroconvectores

• Primero se marcan los agujeros donde se van a realizar los taladros. Los agujeros se realizan a una altura de entre 18 y 22 cm desde el suelo. Para paredes con un espesor inferior a 40 cm es suficiente una única fila de higroconvectores con una distancia de 15 cm entre ellos. Para paredes con un espesor superior a 40 cm es necesaria una segunda fila a 10-12 cm por encima de la primera, con una distancia de 20 cm entre los higroconvectores de cada fila.
• Se taladra con broca de diámetro 18 mm y con una longitud equivalente a 2/3 del espesor del muro, orientando la perforación con una inclinación hacia arriba de entre 25 y 30 grados.
• Se aspira convenientemente el polvo producido por el taladro.
• Seguidamente se introducen los higroconvectores y se fijan al muro con cualquier tipo de pasta: silicona, masilla, etc.
• Finalmente se puede sanear, limpiar y pintar la parte exterior de los muros.