Cultivo de kiwi
El cultivo de kiwi, aunque es una planta silvestre originaria de China, se desarrolló y perfeccionó a lo largo del tiempo en Nueva Zelanda y en Italia. Hoy día ha pasado a ser una opción de cultivo con técnicas y maquinaria avanzada en toda Europa.
Su fruto, de alto valor dietético por su contenido en ácido ascórbico, en potasio y fósforo, potencia las defensas del organismo.
El cultivo de kiwi presenta plantas femeninas y masculinas, y la fruta se cosecha de las plantas femeninas. Un aspecto importante de este cultivo es la polinización. Por ejemplo, en una finca de Portugal se utilizan colmenas de abejas melíferas que polinizan las plantas de forma natural.
Según el tipo de fruto podemos englobar las variedades de kiwi en dos especies: el kiwi verde (Eli Green, Hayward, Erica…) y el kiwi amarillo (G3, Jintao, Soreli…), sin considerar el kiwi pequeño o baby kiwi.
En esta finca portuguesa, los cultivos de kiwi disponen de hileras con una anchura generosa. Además, son extremadamente bajos por lo que utilizan tractores de capó bajo y que permiten radios de giro muy reducidos para el cambio de dirección de una hilera a otra. Conviene además que sean de conducción reversible, es decir, que permitan rotar el puesto de conducción e invertir el sentido de marcha para trabajar con aperos de acoplamiento frontal al tractor. Deben disponer de cambio e inversor sincronizados para poder seleccionar siempre la velocidad más idónea según el trabajo a realizar. Minimizando el estrés mecánico del tractor y aportando comodidad para el agricultor.
Las raíces del kiwi son muy exigentes en oxígeno por lo que se ven favorecidas por texturas de suelo con bajo contenido en arcillas.
El cultivo de kiwi requiere suelos profundos, bien drenados, ricos en materia orgánica y de reacción neutra o ligeramente ácida.
La plantación se realiza en los meses de marzo y abril y empieza a dar frutos al cabo de los dos años (en octubre o noviembre). La producción máxima se obtiene del quinto al décimo año (entre 40 y 50 toneladas año por hectárea). Tras el décimo año, la producción baja a 30 toneladas.
Labores habituales del cultivo de kiwi
- En noviembre la cosecha.
- En diciembre el triturado.
- En marzo y abril la limpieza de hierbas.
- De mayo a octubre la pulverización (una vez por semana) y nuevamente la limpieza de hierbas.
- De julio a septiembre la poda verde y el triturado.
Conviene proteger el cultivo de los vientos dominantes colocando cortavientos y también instalar sistemas anti heladas como protección contra las heladas primaverales.
El riego por microaspersión a una cierta altura (próxima al follaje), permite además mejorar la humedad relativa ambiental (óptimo 75-80 %). El cultivo requiere entre 1.300 y 1.500 mm de agua durante el año. Siendo el periodo de más necesidad el comprendido entre el cuajado del fruto y el mes de septiembre, siendo julio el mes más crítico. Si la planta recibe menos agua de la que necesita, la que tiene disponible la destina a su propia supervivencia en lugar de engordar el fruto, restando producción.
Estoy pensando en cultivar kiwi en la Costa del Sol, pero el problema son las altas temperaturas que suele haber aquí y la cal que hay tanto en el agua como en la tierra. Por aquí se ven muy pocos campos de kiwis, que se identifican rápido por la malla blanca.