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Agricultura y Riego

Otros usos de los desechos agrícolas

desechos agrícolas

Es necesario encontrar un sustituto ecológico, que sea funcional para los plásticos tradicionales y los residuos de la fruta. Estos residuos no se pueden quemar por su alto contenido en agua. Tampoco son eficaces para piensos por su alto contenido en azúcares y bajo pH. Y liberan grandes cantidades de metano si son arrojados a un vertedero.
Diversas investigaciones han demostrado que es posible transformar estos desechos agrícolas en bioplásticos con los que fabricar vasos y cubiertos (ligeros y resistentes) que después de su uso, se transformen en compost o incluso sea posible su consumo.

Desechos agrícolas en la industria

Con las pieles y los desechos de la fruta se puede generar tejido (fibra natural) que mezclado con material bioplástico sin base de petróleo, permite generar una compostabilidad industrial que cumple con todos los parámetros europeos.

La mayor parte de los desechos de los cítricos se emplean como alimento para el ganado. Pero su alto grado de humedad supone más peso y encarece su transporte creando un problema logístico. Además, estos restos fermentan muy rápidamente ocasionando problemas ambientales. Motivo por el cual se buscan otros usos.

La cáscara y la pulpa de cítricos como la naranja, el limón o la mandarina, disponen de un isómero muy utilizado en los productos de limpieza y cosmética. Este componente sirve también para producir plásticos biodegradables que pueden transformarse en materia prima para desarrollar nuevos productos sostenibles. Como por ejemplo botellas o tarros que contengan el zumo de un nuevo cítrico o como base para elaborar cremas hidratantes faciales naturales.

En México se está desarrollando un biopolímero resistente y flexible a base de cáscara de mango mezclado con almidón, para la producción de platos desechables. Su principal ventaja es que tras su uso, tardan solo seis meses en degradarse.

Algunos fabricantes de automóviles están usando la fibra de las hojas y del tallo del plátano y la piña en la construcción de componentes para la industria de la automoción, concretamente en los elementos plásticos. Esta fibra pesa el 30% de lo que pesan los plásticos tradicionales y es cuatro veces más fuerte.

A través de un proceso de transformación, el kiwi se convierte en un bioplástico cuya materia prima se puede utilizar en la fabricación de un utensilio llamado “spife” (un cubierto de cocina que es una combinación de cuchara y cuchillo). Sólo es necesario un kiwi de 90 gramos para fabricar 100 spifes.

Actualmente se producen bioplásticos con residuos vegetales muy diversos: almidón de maíz, piel de patata, piel de tomate, cáscara de banana, semillas de aguacate, cáscara de naranja, desechos de caña de azúcar, cáscara de yuca…

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