Gestión de riego eficiente
Aunque existen nuevas prácticas que mejoran la situación, todavía se desperdicia demasiada agua. Se aplica en el momento equivocado o se bombea a través de sistemas que no se han renovado en muchos años.
Para mejorar las prácticas de riego y eliminar así el desperdicio, montar un equipo de gestión de riego eficiente puede ayudar a los productores a mejorar sus sistemas de riego y a aplicar el agua de manera más eficiente.
Estos equipos muestran al agricultor cómo realizar comprobaciones de eficiencia mediante remolques móviles donde los instrumentos pueden medir los siguientes parámetros: caudal de agua, eficiencia de la bomba, evaporación, penetración… y otros factores directamente en el campo.
Las cuadrillas de campo permiten cuantificar el volumen de agua en el pozo, el agua aplicada en el campo y la penetración y distribución en el cultivo, así como la energía utilizada y los costos de dicha energía. De esta forma se detecta cualquier práctica que derroche recursos y se pueden implementar recomendaciones para mejorar el sistema.
A pesar de que esta información se está convirtiendo en conocimiento común, no hay muchos productores que la aprovechen. De hecho, algunos agricultores no son conscientes de sus costos de riego.
Ejemplos de prácticas poco eficientes
En sus inspecciones de campo, los técnicos han encontrado muchos ejemplos de prácticas derrochadoras. Ese era el caso de un productor que tenía cuatro pozos unidos para bombear a una tubería subterránea central. La verificación de campo mostró que solo dos pozos estaban bombeando agua. Los otros dos que no estaban bombeando duplicaban el coste de combustible.
Se han encontrado otros casos en los sistemas de bombeo donde algunas bombas no estaban sacando agua, o solo un chorro muy pequeño.
Un error que cometen muchos agricultores es sobredimensionar el agua. Esto le ocurre principalmente a los productores de maíz.
El maíz necesita 12 mm de agua diaria durante las semanas más calurosas y pocos agricultores disponen de tanta. Otra cosa que puede ocurrir es sobrestimar la salida de un pozo. Algunos agricultores cambiaron el riego a pie por un Pivot central, sin medir primero el caudal de agua.
Muchos productores están sembrando medio círculo de maíz y la otra mitad de sorgo en grano o algún otro cultivo más resistente a la sequía. En estos casos, el agua se puede concentrar en el semicírculo de maíz.
Incluso con una gestión de riego eficiente, la superficie cultivada de maíz está disminuyendo. Un cultivo de maíz necesita 284 m3 por hora del pozo para un círculo completo de 125 hectáreas y de 760 a 890 mm de agua de riego. Sin embargo, el sorgo y la soja en grano utilizan menos.
El algodón requiere menos que cualquiera de los dos, razón por la que este cultivo está aumentando. El trigo también necesita menos agua y se está imponiendo en áreas donde ésta escasea.
Otros factores
Otros factores que se suelen pasar por alto en el riego son los siguientes: el tipo de suelo, la profundidad, la tasa de penetración y la capacidad de retención de agua.
En el riego por surcos, algunas líneas resultan demasiado largas. Puede que se aplique demasiada agua en los primeros metros y muy poca en los siguientes. En algunos casos, las distancias se pueden reducir a la mitad y proporcionar una penetración más uniforme y mayores rendimientos con la misma cantidad de agua.
El mayor avance en la gestión de riego eficiente: el Pivot central
El mayor avance en la gestión de riego eficiente ha venido con el Pivot central. Hace unos años casi no había aspersores de baja presión, pero ahora se están reemplazando por sistemas de baja presión. Se sigue trabajando para corregir las diferencias de presión y evitar la evaporación en los días de calor y viento.