Válvulas de compuerta
Las válvulas de compuerta disponen de un elemento de cierre (compuerta) que se mueve verticalmente con respecto a la línea de flujo. El conjunto está compuesto principalmente por el cuerpo de la válvula, el sello de presión, la compuerta del vástago, la empaquetadura de sellado, el volante/caja de engranajes y otros componentes menores. Normalmente, se conectan embridadas por ambos extremos, mediante pernos y tuercas.
Ventajas de las válvulas de compuerta
- Dado que el caudal fluye en línea recta, ofrece una mínima resistencia al flujo (mínima pérdida de presión).
- Requiere muy poco esfuerzo para abrir y cerrar, ya que el movimiento de la puerta es perpendicular a la dirección del flujo.
- Es muy fácil de instalar y el caudal puede fluir en ambas direcciones.
- La dimensión entre las dos caras de los extremos es pequeña.
- Puede utilizarse en muchas aplicaciones y conducciones, al disponer de un amplio rango de diámetros.
Instalación de las válvulas de compuerta
Antes de instalar la válvula de compuerta hay que identificar la dirección del flujo para garantizar que esté alineada con los requisitos de la aplicación. También habrá que determinar el tipo de válvula (manual con volante o motorizada) y el tamaño (diámetro y longitud). Así como reservar el espacio necesario en la conducción.
Antes de su instalación hay que comprobar el estado y la cavidad de la válvula y la superficie de sellado.
Por último, se recomienda insertar juntas planas Yuntaflex entre bridas y apretar uniformemente los pernos de conexión. Además, hay que verificar que la empaquetadura está apretada y la estanqueidad quede garantizada.
Finalmente, debe comprobarse la operatividad óptima en su funcionamiento.
Mantenimiento rutinario de una válvula de compuerta
Si las válvulas se utilizan con frecuencia, se deben lubricar una vez al mes.
Si la instalación dispone de válvula bypass, ésta debe abrirse antes de operar la válvula de compuerta. Así se equilibrará la diferencia de presión entre la entrada y la salida, reduciendo la fuerza de operación.
Cómo reparar las válvulas de compuerta
Cuando no es posible operar correctamente una válvula de compuerta, se deben efectuar las siguientes comprobaciones:
- Determinar si la diferencia de presión entre ambos extremos de la válvula es demasiado grande.
- Comprobar si los componentes internos de la caja de cambios están dañados y si su lubricación es la adecuada.
- Comprobar si la empaquetadura está demasiado comprimida, dañada, o si hay algún material extraño dentro de ella.
- Revisar si el vástago está deformado o dañado.
Si se observan fugas por la parte del vástago, podría ocurrir que un material extraño se haya alojado dentro de la empaquetadura del vástago o que la empaquetadura del vástago esté dañada. En este caso, habría que sustituirla.
Puede ser también que la empaquetadura esté simplemente mal apretada, en cuyo caso se deben apretar los pernos de la brida del prensaestopas hasta detener la fuga.
Si la fuga aparece por el asiento de la válvula de compuerta, habrá que observar el interior de la válvula. Tanto la superficie de sellado de la compuerta como la superficie de sellado del asiento del cuerpo podrían estar dañados. Si éste no es el problema y se trata de una válvula de compuerta manual, habría que abrir y cerrar la válvula de compuerta nuevamente. Y así debería quedar resuelto el problema de la fuga. Si la válvula de compuerta es motorizada, el posicionamiento podría no ser el adecuado.