Biofertilizantes

Los biofertilizantes se extraen tras fermentar materiales de tipo orgánico. Son sustancias sólidas o líquidas que se pueden enriquecer con sales minerales.
Contienen microorganismos que generan un efecto positivo sobre algunos de los procesos de descomposición y síntesis que tienen lugar en el suelo.

Tras 20 años de investigación, Symborg ha dado con un producto que puede incorporarse a los sistemas de riego. Un microorganismo (los hongos formadores de microrizas), capaz de regenerar el campo estresado por la agricultura intensiva. En el momento inicial del cultivo, se utilizan grandes cantidades de estos hongos, que entrarán en simbiosis con las plantas. Los hongos, para vivir, necesitarán los azúcares que proceden de la fotosíntesis, es decir, necesitan las plantas para vivir. Al mismo tiempo, los hongos aportarán nutrientes a las planta (potasio, nitrógeno, fósforo, etc…). Mediante esta simbiosis, las plantas se desarrollan mucho más. Incluso en condiciones adversas como aguas salinas o con gran cantidad de arcilla, se constata que la producción aumenta. Ayudan en la solubilización de algunos nutrientes del suelo, así como en el transporte del agua hasta la planta, consiguiendo que ésta se desarrolle mejor.

Bioalgal Marine, dedicada al cultivo y aprovechamiento de microalgas, de La Universidad de Almería, ha creado un biofertilizante con algas marinas al que otorga propiedades inocuas y mejora visiblemente la calidad de las raíces y la resistencia de la planta, sin agredirla ni comprometer su calidad final.

Para la elaboración de este abono, se mezcla la microalga Espirulina, agua y encimas. Después, la mezcla se calienta y al alcanzar una temperatura determinada, las microalgas se rompen y liberan los aminoácidos. Al aplicar este abono sobre la planta, su crecimiento será mucho más rápido ya que se le evita el trabajo de crear aminoácidos.

Esta micro alga representa el complemento biológico por excelencia ya que tiene una elevada concentración de aminoácidos, polisacáridos, fitohormonas, oligoelementos y antioxidantes.

Estas sustancias son extraídas por procedimientos naturales y respetuosos con el medio ambiente. Todas ellas actúan sobre el crecimiento del tejido radicular secundario, sobre la multiplicación de las células en el crecimiento de la masa de la planta, la multiplicación de nuevos brotes y sobre un mejor cuajado de las flores, que proporciona, a su vez, una mayor uniformidad del fruto tanto en lo que respecta a su tamaño como a su aspecto externo, además de un mayor brillo y una mayor consistencia del mismo.

Algunos investigadores de Reynosa, México, han elaborado biofertilizantes que logran incrementar hasta en un 30% la producción de gramíneas, gracias a la bacteria Azospirillum brasilense.  Su mayor beneficio es la liberación de ácido indolacético. Además, genera sustancias como la hormona del crecimiento vegetal, que al aplicarse a los campos, se asocia a la raíz de la planta e incide en el aumento de volumen de la misma, fenómeno que permite una mejor asimilación de los nutrientes del suelo, puede inhibir a los patógenos de raíz, fija el nitrógeno atmosférico y permite solubilizar fósforo.