Cable superconductor

Técnicos del CSIC y la Universidad Autónoma de Barcelona han desarrollado un cable para la distribución de energía eléctrica considerado el más potente del mundo.
Fabricado con materiales superconductores, como los que ya se están probando en Estados Unidos, Corea, Japón y Dinamarca.
Es el primero de estas características que se construya en el sur de Europa. Este cable ya se ha ensayado con éxito en algunos tramos de la red actual y se constata que su implantación llegaría a reducir hasta en un 50% las pérdidas de energía.

Ventajas del cable superconductor

Este cable superconductor aporta una serie de ventajas en relación con los tradicionales cables de distribución fabricados en cobre, que transportan la electricidad desde las subestaciones eléctricas hasta nuestras instalaciones mediante cables de alta tensión. Los cables superconductores pueden llegar a transportar hasta cinco veces más potencia eléctrica que los cables convencionales, y en un espacio cinco veces inferior. Son más eficientes porque pierden menos energía durante el transporte de la señal desde el punto de origen hasta el consumidor (el llamado efecto dispersión). Además, son más seguros, ya que se refrigeran con nitrógeno líquido (no inflamable) en lugar de usar aceite como lo hacen los cables actuales.

Este nuevo sistema puede evitar apagones y mejorar las redes con picos de consumo, por lo que resultaría especialmente útil e interesante, ya que la energía eléctrica podría llegar por varias fuentes a un mismo usuario.

En el futuro, esta tecnología podrá aplicarse a generadores, motores, dispositivos de almacenamiento magnético y mecánico, transformadores y limitadores de corriente, cuya eficiencia contribuirá a reducir las emisiones de dióxido de carbono que se producen al generar electricidad (ya que en la generación se usa un alto porcentaje de combustibles fósiles) y a aumentar la seguridad de las instalaciones eléctricas. Por el momento, el nuevo cable es el primer componente eléctrico que explota las virtudes de los materiales superconductores.

Este modelo novedoso de cable emplea el nivel de corriente más alto que ha existido hasta la fecha, 3.200 amperios frente a los 600 actuales, y su capacidad de transporte de 110 MVA, equivale a entre seis y ocho cables subterráneos convencionales en cobre de similar dimensión. Gracias a estas características técnicas (mayor densidad) se podrá reducir el impacto ambiental de los tendidos eléctricos, lo que supondrá un ahorro de recursos urbanos gracias a la reducción de espacio. Con los nuevos cables superconductores el sistema eléctrico será más seguro, eficiente y limpio, porque los transformadores serán ignífugos y se utilizarán limitadores de corriente para evitar la desconexión en cadena de transformadores y generadores.

El cable superconductor de alta temperatura (llamado también “cinta” por su forma plana) es de un material, una aleación, resumida con las siglas BSCCO (con: bismuto, estroncio, calcio, cobre y oxígeno, también contiene una parte de plata), mientras que los cables tradicionales están compuestos de cobre. A largo plazo, los investigadores desarrollarán los llamados YBCO (con itrio, bario, cobre y oxígeno), nuevos materiales basados en una segunda generación de superconductores que podrán tener una capacidad de transportar corriente eléctrica hasta 50 veces superior que el BSCCO y 100 veces mayor que los cables de cobre; además las pérdidas de carga de éstos son 10 veces inferiores a los BSCCO.

Hoy en día desaprovechamos un 60% de la energía producida, y por lo tanto, hay mucho camino que recorrer para mejorar la eficiencia energética. El uso de los sistemas eléctricos superconductores podría reducir entre un 10% y un 15% del consumo de energía primaria sin que el consumo de los usuarios se reduzca