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Agricultura y Riego

Necesidades de agua de las plantas

necesidades de agua

Conocer más acerca de la evapotranspiración puede ser un factor relevante a la hora de programar de forma efectiva el riego. Y para cumplir además con las necesidades de agua de las plantas.

Determinar cuándo y cuánto regar es la principal cuestión que se plantean los agricultores. Y la respuesta a esa pregunta depende de muchos factores (el tipo de planta, el tipo de suelo, las condiciones climáticas del momento…).

La capacidad de determinar las tasas de evapotranspiración en la zona de cultivo puede convertirse en una herramienta valiosa para responder a esa pregunta sobre el riego. Y de este modo, desarrollar una programación de riego efectiva. Esta importante información no solo puede ayudar a mejorar las producciones, sino que también puede ahorrar dinero a través de la optimización del agua de riego y del uso de la energía.

La evapotranspiración es la combinación de evaporación y transpiración. La evaporación es la pérdida de agua de las superficies circundantes del suelo y de la superficie de la plantas. La transpiración es el proceso natural por el cual el agua es extraída del suelo por el sistema radicular y se mueve a través de la planta llevando nutrientes. Finalmente cambia a vapor de agua que se escapa a la atmósfera a través de los estomas de las hojas de la planta.

La evapotranspiración representa la cantidad total de agua de riego que se debe suministrar para poder garantizar que se satisfacen adecuadamente las necesidades de agua de la planta.

Factores que influyen en las necesidades de agua

  1. Luz solar. Es un elemento importante para la fotosíntesis. La mayoría de las plantas transpiran durante el día y pueden verse afectadas por la intensidad de la luz solar. Por la duración, la altitud y el sombreado de otras plantas, terrenos o estructuras.
  2. Viento. Cuando no hay brisa, el aire que rodea una hoja se vuelve cada vez más húmedo, lo que reduce la tasa de transpiración. Cuando hay brisa, el aire húmedo desaparece y se reemplaza por aire más seco. Lo que aumenta el gradiente de potencial de agua entre la hoja y la atmósfera.
  3. Temperatura del aire. Las plantas transpiran más rápidamente a temperaturas más altas porque el agua se evapora más rápidamente a medida que aumenta la temperatura. Por ejemplo, a 30 grados centígrados una hoja puede transpirar tres veces más rápido que a 20 grados centígrados.
  4. Humedad. La humedad es una medida del contenido de vapor de agua del aire. La humedad más baja (aire más seco) proporciona una mayor diferencia entre la superficie húmeda de la hoja y el aire. Lo que aumenta la tasa de pérdida de agua de la planta. La humedad se cuantifica típicamente en términos de humedad relativa (en relación con el aire completamente saturado).
  5. Agua del suelo. Una planta no puede seguir transpirando rápidamente si su pérdida de agua no se recupera con el reemplazo del suelo. Cuando la absorción de agua por las raíces no se mantiene al día con la tasa de transpiración, se produce una pérdida del turgencia y las estomas se cierran. Esto reduce inmediatamente la tasa de transpiración (así como de fotosíntesis). Si la pérdida de turgencia se extiende hasta el resto de la hoja y el tallo, la planta se marchita.

Como son factores que varían día a día, la cantidad de agua utilizada por las plantas también variará diariamente. La medición de estos factores proporciona información que se puede utilizar para estimar la cantidad de agua necesaria.

Actualmente el método mas común para medir la evapotranspiración son las estaciones meteorológicas que miden la luz solar (radiación solar), el viento, la temperatura y la humedad.

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