Gestión de sistemas de riego
De todos los factores ambientales que pueden limitar el rendimiento de un cultivo, el estrés por humedad es indiscutiblemente el más común y a menudo el más costoso.
En áreas con una precipitación anual extremadamente baja, el riego es necesario para producir cualquier cultivo. En otras áreas, la lluvia permite a los productores mejorar la producción de sus cultivos de pastos, cereales, legumbres, sorgo…
Actualmente, los agricultores utilizan el riego para ampliar la superficie de cultivos en aquellas áreas con una precipitación marginal.
El aumento en los costos de la tierra está provocando que muchos productores expandan su producción a través del riego en lugar de a través de la compra adicional de tierras. Los altos costos fijos de la tierra, los intereses y los impuestos están obligando a más productores a pasar al riego para poder asegurar unos rendimientos altos y constantes. El riego ayuda a asegurar este rendimiento.
La principal tarea dentro de la gestión de los sistemas de riego es la programación. Dominar el arte de la programación del riego lleva tiempo y es necesario estudiarlo de manera concienzuda, pero es un factor fundamental para el éxito.
El riego por sí mismo no garantiza el éxito, pero puede abrir nuevas oportunidades de ganancias para el buen productor. Sus rendimientos podrían estar limitados por el estrés causado por la falta de humedad.
Instalar o no sistemas de riego
Antes de tomar la decisión de instalar un sistema de riego, conviene realizar una evaluación exhaustiva de la situación. Se deben hacer unas consideraciones iniciales, como la existencia de un suelo y una topografía adecuados. Y de los recursos necesarios, como el agua (fuente y cantidad de suministro), la energía y la mano de obra. Con esta información disponible, habrá que valorar los sistemas de riego disponibles y decidir cuál se ajusta mejor a estas condiciones. Solo después de hacer esta evaluación se podrá tomar una decisión de gestión segura sobre la instalación de un sistema de riego.
La fuente de agua puede ser superficial, subterránea o una combinación de ambas. Las fuentes superficiales comunes incluyen lagos, estanques y arroyos. Los costes de bombeo de fuentes superficiales son generalmente más bajos que los de bombeo de pozos. Durante una sequía es posible que algunas fuentes superficiales no satisfagan las necesidades.
La probabilidad de que un suelo responda al riego dependerá de tres propiedades básicas del suelo: textura, estructura y profundidad. Estas tres propiedades determinan la capacidad de retención de agua del suelo, su tasa de absorción de agua (infiltración) y su drenaje interno (permeabilidad). Los suelos con textura más gruesa tienen una mayor permeabilidad que los suelos con textura más fina. La falta de un buen drenaje interno puede excluir el oxígeno de la zona de la raíz, restringiendo el crecimiento de la planta. En general, cuanto más gruesa sea la textura, mayor será la respuesta del suelo al riego.
Tanto el tamaño como la forma del campo son importantes para determinar el método de riego, el tipo y el tamaño del sistema y por tanto su costo de inversión. Con el riego mecanizado se pueden atender terrenos ondulados con pendientes de hasta el 30%.
