Agricultura y Riego
En alfalfa, las raíces pueden penetrar de media 1,2 metros en el terreno y durante la temporada de crecimiento no debería suministrarse agua a más profundidad. La aplicación de agua será de 10 a 15 milímetros por día aproximadamente en especial con condiciones de calor seco y viento fuerte.
La elevada calidad de la alfalfa deshidratada aragonesa es reconocida internacionalmente, con sus proteínas, favorece la producción de leche. Países como China o Emiratos Árabes Unidos la demandan convirtiéndola en un producto rentable.
El cultivo de alfalfa deshidratada tiene un gran futuro. Los países dentro del Golfo Pérsico y China son los grandes mercados a los que miran los productores españoles. Los brotes verdes que se esperan en la economía ya están en el campo, en el cultivo de los forrajes deshidratados.
Optimizar dos factores productivos fundamentales, como son el agua de riego y el abonado, permitirá alcanzar una mejora en la rentabilidad productiva de la alfalfa. Se adapta bien a las zonas regables con irregularidad de precipitaciones o con turnos de riego y restricciones de agua.
La alfalfa es una opción interesante para encabezar la rotación de cultivos extensivos. Es un excelente precedente del cereal de invierno y además muy rentable. Una planta vivaz y protectora que fija el nitrógeno, disminuye la erosión y corta además las enfermedades del trigo y de la cebada.