La tierra tiene hambre
En abril, llega la hora de sembrar, pero antes es muy importante asegurarse de que la tierra cuenta con los nutrientes necesarios.
Es habitual utilizar fertilizantes químicos, pero la mayoría tienen un efecto poco duradero y, si se filtran por el efecto de la lluvia, contaminan el suelo. Siempre resulta mejor añadir materia orgánica para alimentar la tierra, porque su efecto es a largo plazo y esto aportará grandes beneficios para la estructura del suelo. La agricultura tradicional protege la tierra y se asegura de que seguirá produciendo vegetales en las próximas generaciones.
Una buena manera de ayudar a la tierra es aportándole materia orgánica como el estiércol (el precio de un remolque entero no suele superar los 100 euros). Éste puede ser de ovino, vacuno. caballar o de cerdo. El estiércol de animales rumiantes aporta un gran calor al suelo. lo que favorece el desarrollo de la planta.
Debe aplicarse ya seco, bien fermentado en cama de paja. De esta manera, su contenido en materia orgánica es más elevado, al igual que el de minerales como nitrógeno, fósforo y potasio. Después de extenderlo debe mezclarse adecuadamente con la tierra. En cultivos como la patata, es aconsejable añadir una buena cantidad de estiércol de vacuno, muy rico en potasio, que favorecerá la cosecha. También es bueno utilizarlo para cubrir las raíces de los plantones y así protegerlos de la sequedad y el frío.