¿Cómo mejorar la rentabilidad del campo?

El sector agrario es el responsable de tomar  todas las medidas necesarias para alcanzar una posición más eficiente en su actividad.

Mejoras en la producción

Caben dos tipos de actuaciones: las que desde las Administraciones pueden o deberían venir para apoyar la actividad en el campo y las que puede y debería adoptar desde dentro el propio sector agrario.

En lo concerniente a los fertilizantes, hay un margen amplio para desarrollar una política basada en un abonado correcto, dando a cada parcela el apoyo que necesita, previo análisis de los suelos, para evitar así excesos de unos nutrientes y falta de otros.  Para lograr una mayor eficiencia se deben enterrar bien los abonos, no hacerlo en terreno encharcado y evitar hacerlo de manera que se lo puedan llevar las lluvias.

En el caso de las semillas, se impone apostar por la que se pueda adaptar mejor a unos suelos y a determinadas condiciones climatológicas más habituales en cada zona para lograr los mejores rendimientos.

En cuanto al gasóleo, es fundamental, en primer lugar, que el tractor tenga la potencia adecuada según las necesidades de cada explotación.  En la mayor parte de los casos sobra maquinaria agrícola, con todo lo que ello lleva consigo: gastos más elevados por el resto de los aperos.  Sin bajarnos del tractor, según los expertos se podría lograr un ahorro de hasta un 20% en el consumo si la maquinaria estuviera a punto, sobre todo en lo que afecta a filtros y neumáticos.

Mejoras en la comercialización

Junto al proceso de producción, el sector agrario tiene un amplio abanico para aumentar sus ingresos mejorando los procesos de comercialización donde, en la mayor parte de los casos, los agricultores se hallan en manos de los operadores.  Comprando y comercializando mejor, el sector agrario tiene un amplio margen para retener en sus manos unos beneficios que hoy se quedan en el campo y que podrían suponer un importante colchón para apuntalar la rentabilidad del campo y de sus explotaciones.

El agricultor se tiene que acercar más a la comercialización y tiene que ver qué cultivos va a poder vender y buscar su mercado más rentable, al tiempo que debe cambiar los modos de cultivo para reducir los costes lo máximo posible y conseguir un mayor valor añadido, en suma, “mentalidad empresarial en el campo“.