Controlar las plantas adventicias
En el campo, las plantas adventicias (conocidas de forma coloquial como malas hierbas) sirven de indicadoras visuales del tipo de suelo.
Por ejemplo, la aparición de ortigas indica que el suelo es rico en nitrógeno, un suelo demasiado compacto provocará la aparición de cardos y los desequilibrios potásicos inducen al crecimiento de la verdolaga. La realidad es que estas plantas son competidoras de las que suponen beneficio directo o producción.
Beneficios de las plantas adventicias
- Aumentan la calidad de los suelos. Aportan materia orgánica y evitan que la radiación solar intensa y directa dañe la estructura del terreno al destruir el humus y los microorganismos.
- Constituyen una cubierta vegetal que controla la erosión del suelo.
- Las que son leguminosas fijan el nitrógeno atmosférico, protegen de las heladas ya que cubren el suelo y son una fuente de recursos genéticos y biodiversidad.
Métodos para eliminar las malas hierbas
No obstante, para quienes no aprovechan los beneficios que reportan las hierbas adventicias, que ciertamente crecen y se desarrollan muy rápidamente, existen numerosos métodos de desherbado, métodos mecánicos o de prevención, que evitan la aplicación de productos herbicidas de efectos tan dañinos en la naturaleza.
Una investigación en Estados Unidos lleva cinco años experimentando con la técnica del arenado para el control de plantas adventicias. En sus ensayos utilizan una esparcidora de arena ajustada a una presión de entre 5,5 y 7 bares para proyectar un abrasivo de origen vegetal, por ejemplo, en un maíz en la etapa de cinco hojas. Incluso con un cultivo sometido a una gran profusión de malas hierbas, logra la desaparición total de plantas adventicias durante toda la temporada sin pérdida de rendimiento.
Sus esfuerzos se centran en la comparación de distintos abrasivos de origen agrícola (granulados de cáscara de nuez o de frutos secos y restos de cereales…), resultando muy eficaces las aplicaciones en las primeras fases del crecimiento de las adventicias. Por ejemplo, un único tratamiento con harina de gluten de maíz permitió reducir casi al 100% la biomasa del amaranto Palmer (principal maleza en la producción de algodón y soja), en la etapa de entre una y dos hojas.
Una ventaja importante de esta técnica es que permite combinar la fertilización y la lucha contra las hierbas adventicias utilizando en la proyección deyecciones de ave pulverizadas.
Otro método para eliminar malas hierbas disponible en el mercado, se basa en aplicar agua a temperatura ambiente inyectada con un sistema de boquillas especiales alimentadas por una bomba a 1000 atmósferas de presión, montadas en la cabeza de una rotativa de alta velocidad. El ángulo del flujo de agua y la alta presión, destruyen las raíces de las malas hierbas a una profundidad de unos 6 centímetros. El consumo de agua es de aproximadamente 10 litros/minuto, unos 33 cm3 por metro lineal.