Capacidad de limpieza en filtros automáticos
El proceso de filtrado genera una acumulación progresiva de los elementos en suspensión en el agua de tamaño mayor al paso de la malla. Esto va provocando la progresiva acumulación y densificación de los mismos dentro de los filtros automáticos. Así se va generando la denominada “torta de filtrado” que ocasiona el aumento progresivo de la presión diferencial del sistema, por lo tanto, una disminución del rendimiento del mismo. Para continuar con el correcto proceso de filtrado, hay que limpiar los depósitos acumulados.
El sistema de succión mediante un escáner de barrido con cabeza de cepillos, consigue un despegue localizado y progresivo de la materia adherida a la malla filtrante. El dispositivo que va introducido dentro del cartucho filtrante, consta de una serie de boquillas que, mediante diferencia de presión, genera una succión en profundidad de los depósitos.
Dentro del ciclo de filtrado estas boquillas recorren toda el área del cartucho de filtrado. Esto se produce gracias a un proceso cíclico de rotación del vástago alrededor de su eje, a la vez que se desplaza de forma alternativa hacia delante y hacia atrás. De esta forma se consiguen ciclos de limpieza cortos y caudales de retrolavado muy bajos.
Capacidad de limpieza de los filtros automáticos
¿De qué depende?
Velocidad del agua a través de las boquillas. Para conseguir esta velocidad, el diseño de la boquilla reduce la sección útil de la misma en el contacto con la malla de filtrado, generando de este modo un aumento de la velocidad y un mayor despegue de la materia depositada.
Distancia entre las boquillas y la malla de filtrado. Cuanto menor sea la distancia entre las boquillas y la malla de filtrado, mayor será el rendimiento del sistema, menor será la pérdida de presión en el contorno de la boquilla y, en consecuencia, el arrastre será más efectivo. Para poder conseguir este requerimiento, se debe actuar en dos sentidos. Por un lado, debe conseguirse un calibrado perfecto del cartucho filtrante, con objeto que la separación de la boquilla y la malla sea la mínima a lo largo de toda la superficie filtrante. Por otro lado, la incorporación a la boquilla de un anillo perimetral de cepillos, facilita el proceso de barrido, minimiza los posibles problemas de calibrado del cartucho y, además evita que el flujo entre perpendicularmente a la boquilla. De este modo los cepillos tienen una triple misión.
Diferencial de presión a través de la malla de filtrado. Este diferencial se consigue de manera inmediata en el momento en que la presión total existente dentro del cuerpo de los filtros automáticos se transmite en sentido contrario hacia el interior de la boquilla, ya que ésta, por su extremo distal, se encuentra en el momento de la activación del sistema a presión atmosférica. Por lo tanto, si la presión en el interior del cartucho es de 5 Kg/cm2 podemos afirmar que en el momento de la succión la presión de arrastre en la boquilla sería del mismo valor.
Características de los sólidos en suspensión. Cuanto mejor sea el agua que penetra dentro de los filtros automáticos, los ciclos de lavados se dilatarán en el tiempo y la acumulación de partículas adheridas a la malla será menor.
Tengo un jardín con 400 m2 y un pozo cuya agua viene con un poco de arena. He solucionado este problema instalando un hidrociclón.
Las turbulencias que se generan en su interior, hacen que la arena que pesa más, se decante a un depósito inferior. De esta forma, el agua que continua para el riego está limpia.