Consecuencias ecológicas de los incendios
Tras un incendio forestal, el daño ambiental va mucho más allá de las impactantes imágenes generadas por el fuego. Y sobrepasa incluso las áreas afectadas.
La destrucción de biodiversidad, el aumento de la desertificación o la disminución de la calidad de las aguas y la atmósfera son algunas de las consecuencias negativas tras un incendio.
La biodiversidad de la zona incendiada va a experimentar cambios en su estructura y en su composición. Las especies vegetales de tipo leñoso son sustituidas por otras que colonizan este hábitat, gramíneas en su mayor parte. Las especies animales propias de estas zonas dejan paso a otras adaptadas a espacios más abiertos. Además de perder parte de su hábitat, los bosques fragmentados por los incendios generan problemas de conectividad. Los seres vivos ven peligrar su reserva genética viable y su supervivencia a largo plazo.
Impacto de los incendios en suelo, agua y atmósfera
El suelo y el agua son dos caras de la misma moneda, por lo que un incendio afecta a ambos de forma relacionada. Las zonas mediterráneas destruidas por el fuego son víctimas de un fenómeno conocido como sabanización. La tierra queda casi estéril y limita la recolonización de las plantas autóctonas. El suelo se vuelve más impermeable e impide la penetración del agua en su interior. La actividad bacteriana y de los hongos, trascendentales en los procesos biológicos del suelo, se ve también muy afectada. La sucesión de nuevos fuegos y lluvias torrenciales incrementa la erosión y la pérdida del suelo fértil.
En las zonas mediterráneas, esta erosión se suele producir en los dos primeros meses tras el incendio. El manto vegetal desaparece, y con él, la barrera natural que retiene el agua y frena las inundaciones. Es lo que se denomina desertificación del paisaje. Algunos expertos señalan que es el daño ecológico más grave causado por este desastre natural.
Los incendios generan contaminación de diversas formas. Durante los primeros momentos después del fuego, la mineralización de la materia orgánica vegetal provoca una efímera fertilidad del suelo. Pero la gran mayoría de estos nutrientes son muy volátiles y pasan a la atmósfera o quedan disueltos en corrientes de agua. Como efecto derivado de la combustión de las masas forestales, diversas partículas y gases, incluidos los de tipo invernadero, como el dióxido de carbono, acaban también en la atmósfera.
Los costes económicos de un incendio forestal son considerables. La madera y sus productos derivados, desde papel hasta combustible, y los productos alimenticios de la zona, ya no pueden aprovecharse. El ecosistema pierde su atractivo para las actividades de ocio y turismo. Las labores de regeneración suponen un gran desembolso económico que no siempre se ve recompensado.
Es un excelente artículo para tomar conciencia de los riesgos de un incendio.