Desarrollo rural sostenible
El desarrollo del campo se alcanza revitalizando el medio rural y diversificando su economía.
Mediante la Ley de Desarrollo Sostenible para el Medio Rural se avanza en la consecución de los objetivos, gracias a un convenio de colaboración entre los Gobiernos Autonómicos y el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino. Estas iniciativas, que se financiarán al 50% por ambas Administraciones, se orientan a la gestión de los recursos naturales, agua, energías renovables y a la diversificación económica.
Es una ley fundamental, que pretende revitalizar el medio rural (incluyendo el sector agrario y el agroalimentario), a partir de la diversificación de la economía y mediante la oferta de oportunidades para aquellas personas que se deciden por vivir en el medio rural.
A la hora de incorporar el mundo rural a los modernos procesos de desarrollo, la agricultura es solo una actividad más, empresarial y competitiva.
Líneas de actuación para el desarrollo rural
Las líneas de actuación que se van a financiar son una serie de iniciativas en materia de conservación de la naturaleza y gestión de los recursos naturales:
- Potenciar el desarrollo de las energías renovables
- Fomentar la eficiencia, el ahorro y el buen uso de los recursos hídricos
- Promover actuaciones para favorecer el turismo medioambiental
- Diversificación económica de la actividad agraria en las comarcas
- Creación y mantenimiento de empleo a nivel local, apoyando la creación de empresas nuevas
- Mejora de la oferta de servicios en el medio rural
- Otras actuaciones que contribuyan a un desarrollo rural sostenible
El planeta albergará en el año 2050 más de diez mil millones de personas que precisarán el doble de la producción alimentaria actual y una mejor distribución de la misma, de manera que debemos aunar esfuerzos en aumentar la producción, innovando, investigando y aplicando técnicas de vanguardia. La biotecnología se muestra ya como una herramienta poderosa en este sentido, pero a lo que estamos obligados, sin excusa y sin demora, es a proteger a los profesionales de la agricultura y la ganadería. Sin ellos, todo será inútil.
El desarrollo rural pasa por acometer una serie de medidas tales como la cooperación, la lucha contra plagas y enfermedades, la conservación de recursos fitogenéticos, la prevención de incendios forestales, la restauración de zonas afectadas por el fuego, la innovación y la formación.
El elemento imprescindible que precisa la humanidad para comer es, además del aire, el sol, el agua y la tierra, también el agricultor. Es inaplazable que todos los estamentos de la sociedad homologuen su insustituible trabajo y posibiliten servicios y oportunidades a él y a los suyos, que quieren asentar sus vidas en el medio rural.