Sector primario, clave para alimentar a la población
No existe un país moderno en el cual el sector primario no sea parte esencial de su estrategia de crecimiento. Su papel es clave en la sociedad, alimentar a la población.
La agricultura está recuperando el protagonismo económico que había perdido en la Península.
Los precios de los alimentos se han disparado, hay escasez porque millones de personas están accediendo a una mejor alimentación, se están utilizando para producir combustibles grandes cantidades de productos agrícolas…
Se ha empezado a abandonar la idea de que con la liberalización del comercio es suficiente para hacer funcionar los mercados globales. Hoy día, se valoran otras ideas como la eficiencia de las cadenas de valor, la inserción directa en los mercados de los pequeños agricultores y el desarrollo de la economía rural no agrícola.
Buenos insumos, buena capacitación de los agricultores y mucha información, permitirán tener siempre una agricultura que genere más y mejores producciones.
La previsión mundial de crecimiento de población estima que en el año 2050 seremos 9.000 millones de habitantes, frente a los 6.000 millones de la actualidad. Con este aumento de población y teniendo en cuenta los cambios dietéticos previstos, la demanda de alimentos será cada vez mayor.
El necesario incremento en la productividad debe conseguirse con un adecuado manejo del suelo, del agua y de los nutrientes que necesita la actividad agrícola, ya que lo que no va a variar es la disponibilidad de hectáreas destinadas al cultivo.
La productividad de los cultivos debe mejorarse de una manera natural, promoviendo la eficiencia en las distintas clases de asociaciones simbióticas que existen entre las plantas y los microorganismos que se encuentran en el suelo (bacterias y hongos). El fundamento de la biofertilización radica en los procesos de asimilación de nutrientes tales como el nitrógeno y el fósforo.
Los repuntes en los precios del petróleo están estrechamente relacionados con una mayor utilización de las materias primas de origen agrícola para obtener combustibles.
El agua se consolida como un factor fundamental para el desarrollo. Se conoce como Revolución Azul a la búsqueda constante de fórmulas para incrementar la eficiencia del riego, en cultivos de secano y en cultivos de regadío, desarrollando tecnologías y métodos que logren maximizar la producción agrícola, contando con unos volúmenes de agua limitados e involucrando siempre al factor humano en la mejor gestión de este recurso tan importante.
El fortalecimiento del sector primario para responder al crecimiento de la demanda, debe perseguir en todo momento un apoyo a los agricultores para que eleven su productividad, suavizando o eliminando los obstáculos estructurales a los que se enfrentan y ampliando los recursos encaminados a tecnologías sostenibles que potencien la productividad.