Retener el agua en el suelo arenoso
Un suelo arcilloso es un suelo pesado con gran retención de agua y nutrientes. Esto provoca que las raíces sufran anoxia (falta de oxígeno), por lo que hay que buscar el equilibrio corrigiéndolo. El suelo franco tiene generalmente una proporción equilibrada de arena, limo y arcilla. Mientras que el suelo arenoso (más pobre) requiere aportaciones de arcilla y materia orgánica.
Cultivar en suelo arenoso
Las plantaciones en el desierto requieren el triple de agua que cualquier otra con temperaturas de clima mediterráneo. La desertificación amenaza con afectar en los próximos años a más del 35% del planeta.
En el suelo arenoso el agua de riego se filtra con excesiva rapidez, lo que conlleva pérdida de agua y de nutrientes. Antes, la única forma que tenían los agricultores de solucionar este problema y poder producir en este tipo de suelos, era la incorporación de arcilla que mejorara la retención del agua, además de retener los nutrientes que van pasando a la solución del agua de riego.
Esta solución resultaba compleja y era necesario simplificar este proceso para poder aprovechar y mejorar los suelos de las regiones áridas. Un investigador noruego observó estos esfuerzos titánicos y diseñó una técnica innovadora consistente en moler mecánicamente la arcilla hasta transformarla en micropartículas. El resultado es una mezcla homogénea de arcilla humedecida en la que las burbujas de aire se adhieren a las partículas minerales haciéndolas flotar.
En suelos con un contenido de arena del 90%, una vez aplicado este fluido, se hunde a una profundidad de 50 centímetros y cubre los granos de arena con una capa de arcilla, aumentando de manera significativa la capacidad para retener el agua. Este método hace posibles los cultivos hortícolas de tomates o berenjenas en suelos arenosos, al tiempo que reduce la necesidad del agua de riego al 50%.
El método incluso se ha mejorado incorporando hongos micorrícicos a la nanoarcilla asentada en la arena, lo que permite cultivar con éxito trigo en parcelas niveladas de desierto. Estos avances consiguen el objetivo de crear cultivos de grano y hortícolas en las dunas de arena.
La aportación de materia orgánica va bien a todos las clases de suelo, por tanto, con más razón irá bien en suelos pobres como los arenosos, ya que aumenta la porosidad y la retención de agua, además de radicales con carga eléctrica que retienen y aportan los nutrientes.
Esta arcilla transforma el suelo arenoso de baja calidad en tierras agrícolas en solo ocho horas, uniendo las partículas de arena y aumentando su capacidad de retención de agua. Sin embargo, aunque poder recuperar áreas desérticas y transformarlas de nuevo en zonas de cultivo sostenibles es algo que no tiene precio, el tratamiento tiene un costo por hectárea de desierto de entre 2.000 y 10.000 euros.
Tengo 3 hectáreas de un terreno arcilloso, que al contacto con el agua se transforma rápidamente en lodo, ¿alguien puede decirme qué pasto puedo sembrar para afianzar el terreno y que no se haga barro?