Agricultura y Riego
El éxito sostenible de una explotación agrícola pasa por unas buenas rotaciones de cultivos, más largas y variadas, que logren mejorar los rendimientos y regenerar los suelos. Además, la interacción de diferentes familias de plantas permite controlar las malas hierbas y también las plagas.
Los procesos más importantes que inciden en la transferencia de agua en el suelo al aplicar los riegos, son la infiltración y la redistribución. Estos procesos varían en velocidad y también en extensión según las características de los suelos y según el sellado o encostramiento de la superficie.
El factor limitante en la producción de cultivos de regadío es el agua y muchos productores tienden a regar poco. Las razones para que reduzcan sus riegos son no comprobar la humedad en el suelo y poner en marcha el sistema de riego tarde.
Extraer el máximo rendimiento a la instalación de riego requiere saber cuánta agua aplica el sistema, qué capacidad de retención de agua tiene el terreno, cuánta agua demanda el cultivo y cómo se puede medir y controlar la humedad de los suelos.
El éxito en la producción de un cultivo está en una nutrición equilibrada durante cada etapa del desarrollo y del crecimiento, conocidas las necesidades del cultivo. El análisis del suelo y del agua de riego permiten definir la fertilización complementaria que es necesario aplicar.