Riego mecanizado en Cuba: más producción agrícola
Cuba persigue una mayor producción agrícola con tecnologías más eficaces en la aplicación del agua y los fertilizantes.
Una de las estrategias agrícolas del país es priorizar equipamiento de riego electrificado, o “máquinas de lluvia” como las llaman, para quienes sacan mejor provecho al suelo.
En las provincias se ponen en práctica varias iniciativas para impulsar la electrificación del riego. El director de la compañía avileña La Cuba, explica que con una parte de las ventas de vegetales y frutas al polo turístico de Cayo Coco, han comprado motores y han retribuido a la empresa eléctrica las inversiones hechas en los transformadores.
Para no afectar el consumo de energía eléctrica de la población, el riego se realiza en horarios de menor demanda.
El jefe de la actividad del riego en el departamento de mecanización del Ministerio de la Agricultura (MINAGRI), indica que los territorios seriamente afectados por la sequía desarrollan igualmente la modernización de sus regadíos. Camagüey, Las Tunas y Holguin, incrementan áreas en aquellos lugares donde las fuentes hídricas aún pueden explotarse para producir alimentos.
Por los campos se ven con mayor frecuencia las máquinas de lluvias. Este sistema tiene como propósitos: la obtención de una mayor efectividad en la utilización del agua, un recurso natural cada vez más deficitario en el mundo; reducir el combustible empleado en el bombeo, y aumentar los rendimientos agrícolas.
Producción agrícola y electrificación del riego
Tanto la producción agrícola de papa como la de plátano son beneficiadas por la electrificación del riego. Lo último se aprecia claramente en el cultivo de la papa. Con más del 95 por ciento de las áreas bajo riego electrificado en toda la Isla, ya es posible acopiar mayor cantidad de sacos de este tubérculo. También los costos han ido bajando, antes se utilizaban un mayor número de hombres, tractores, baterías y más de 1.600 galones de petróleo diarios para arrancar las turbinas. Ahora sin emplear una sola gota de combustible, un operador aprieta un botoncito y ya.
En otros lugares del mundo, ya es camino andado lo que Cuba inicia en materia de regadíos. Para optimizar los resultados de las cosechas, los países desarrollados utilizan desde sistemas de posicionamiento global (GPS), hasta sensores para la captación de datos.
Aunque limitaciones económicas imposibilitan que la Isla emplee los sofisticados recursos de la llamada agricultura de precisión, el país da otros pasos como la mapificación digitalizada de áreas bajo riego, puesta en marcha por el Grupo Empresarial de Proyectos Agropecuarios (EMPA). Esto permite analizar las características propias de cada lugar y hacer recomendaciones para mejorar los resultados en la producción agrícola de alimentos.
Las máquinas de Pivote central cuentan con bajantes y aspersores que dan a las plantas el agua y el fertilizante necesarios en cada momento del cultivo. Las máquinas de lluvia, dicen los expertos, medirán dentro de algunos años el grado de eficiencia agrícola de que son capaces los agricultores cubanos.
La temperatura ambiente de más de 36ºC y un sol que se asemeja a un soplete parecen no preocupar al maní, que encara los primeros días de germinación sin inconvenientes. Lo mismo sucede con la soja y el maíz que ya emergen sobre un barbecho con alto nivel de materia orgánica. Mientras que la papa para industria y el trigo candeal encaran sus últimos días en los lotes y se muestran de la mejor forma para la cosecha. Todos saben que, a la hora señalada, un equipo de riego de pivot central será el encargado de aliviar sus condiciones de crecimiento.