Alfalfa deshidratada
Los forrajes desecados son en España un sector fuerte, líder en Europa y segundo a nivel mundial. Se ha conseguido asentar el cultivo de la alfalfa, produciendo un alimento muy valorado para los rumiantes.
Actualmente España es, tras EE.UU, el segundo país exportador a nivel mundial.
Este sector ha ido creciendo hasta multiplicar por ocho la producción inicial, llegando a duplicar a Francia, país que tradicionalmente había liderado el sector europeo. Aragón (principalmente la zona de Cinco Villas), produce una alfalfa de calidad que representa más del 50% de toda la que se produce en España. Tauste es el municipio que más forraje produce a nivel Europa, seguido por el municipio de Ejea de los Caballeros.
Este impulso ha estado apoyado en tres pilares básicos:
- La existencia de una Organización Común de Mercado (OCM) con una ayuda a la transformación.
- Que la alfalfa fuera un cultivo arraigado en muchas zonas de España y con una gran cultura a su alrededor.
- El aumento del consumo ganadero en paralelo a la producción, que ha impedido la creación de grandes stocks.
También han contribuido a toda esta transformación:
- La exigencia por normativa de un contrato de compra al agricultor, que ha dado estabilidad en el suministro y garantías de precio y pago.
- La invención del formato de paca deshidratada, especialmente orientado a la alimentación de rumiantes, y que ha sido clave ya que ahora representa el 70% de la producción, contra un 30% del clásico granulado.
- La reconversión hacia explotaciones de mayor tamaño en el ganado de aptitud lechera, que hoy representa el principal cliente.
Perspectivas del sector de la alfalfa deshidratada
En lo que se refiere a alfalfa deshidratada, España es el primer productor. El sector presenta una serie de fortalezas que sugieren un futuro optimista:
- La alfalfa desde el punto de vista medioambiental es un cultivo idóneo (reduce la erosión del suelo, no contamina aguas subterráneas con nitratos, fija el carbono, mantiene un paisaje verde, sirve de refugio para la fauna, etc.)
- La industria y el agricultor se complementan, pues sin industria habrá menos cultivo y sin cultivo habrá menos industria.
- La importante exportación a la zona del Golfo Pérsico. Más de 650.000 toneladas van a parar a Arabia Saudí y Emiratos Árabes.
- La calidad, así como la incorporación del contrato en las operaciones de venta.
Los brotes verdes que se esperan en la economía ya están en el campo, concretamente en el cultivo de forrajes deshidratados, en momentos en que hay que decidir que se produce para optimizar recursos.