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Agricultura y Riego

Aumentar la productividad y reducir costes

productividad

Aumentar la productividad y reducir los costes en las cosechas, la manipulación y el transporte de hortalizas y frutas, es posible y recomendable.

Realizar un análisis de la cadena de producción, de la cosecha, manipulación y transporte, puede revelar un potencial importante de aumento de la productividad y de reducción de los costes, al disminuir las pérdidas o al mejorar la calidad del producto final.

Esto supone menos mano de obra, más kilos de producto comercializable por hectárea, menores rechazos o reclamaciones en la entrega y mejor clasificación, recibiendo de esta forma un mejor precio y obteniendo mejores beneficios.

Medidas para aumentar la productividad y reducir los costes

Las siguientes medidas son sencillas de aplicar y tienen una eficacia comprobada. Pueden generar un impacto directo y a corto plazo en los resultados de la explotación hortofrutícola.

Infección del producto. En el campo se define la sanidad en función del buen manejo del agua (debe evitarse un riego excesivo). También es fundamental un buen drenaje. Las distintas medidas deben tratar de evitar el encharcamiento del campo, (esencial para una buena sanidad de la planta). Al eliminar los restos de producto en descomposición se contribuye significativamente a reducir la infección. Con frecuencia las infecciones de fruta y hortaliza se originan en el campo y se mantienen de forma latente, aunque no se vean hasta el final de la cadena de transporte.

Retrasos en el enfriamiento del producto, exposición al sol. Esto provoca grandes pérdidas de humedad y de frescura en el producto. En frutos delicados se ven pérdidas al final de la cadena de transporte con retrasos en el enfriamiento de más de 2 horas. En productos menos perecederos, el enfriamiento debe comenzar a las pocas horas de la cosecha.

Daños mecánicos en el producto fresco. Si son pequeños, estos daños no se pueden ver fácilmente en el campo, pero son la vía de entrada de las infecciones tras la recolección. Una protección adecuada de los envases y el entrenamiento de las cuadrillas de cosecha pueden reducir notablemente el daño mecánico, y por tanto la infección de hongos en el transporte.

Envasado en el mismo campo con el envase definitivo. Así se evita la doble manipulación del producto (en campo y almacén), reduciendo pérdidas y costes. Esta técnica puede aplicarse en muchos cultivos.

Interrupciones en la cadena de frío. Tienen un doble efecto negativo: aumentan la pérdida de vida útil del producto y además provocan condensación de la humedad del aire sobre el mismo, favoreciendo el desarrollo de hongos.

Planificar la producción de una manera eficiente, evitando los picos de producción. El producto podrá moverse rápidamente evitando el almacenamiento. Cada día que pasa el producto va perdiendo frescura, apariencia, y por tanto, valor.

Previsión fiable de cosecha. Permite ajustar la oferta con la demanda, para evitar excesos puntuales de oferta y acumulación. Recogiendo periódicamente información de campo acerca de la evolución del cultivo y los volúmenes disponibles, se establece un pronóstico de 4 a 8 semanas, que se va corrigiendo según las temperaturas diarias.

Estas normas no requieren de una gran inversión y se pueden incorporar fácilmente en los procesos existentes de muchas explotaciones agrícolas. Pueden implementarse de una forma inmediata y los resultados son notables y visibles a corto plazo. Tanto en productividad, como en reducción de costes, como en calidad de producto, y por tanto en la cuenta de resultados.

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