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Agricultura y Riego

Cultivo de achiote

achiote

Condimento milenario y colorante con un elevado valor industrial

El achiote proporciona un colorante y condimento natural de múltiples usos, las industrias médica, alimentaria, cosmética, textil o química solicitan la materia prima que de él se extrae.

El fruto del achiote tiene una cubierta exterior de la cual se obtiene un colorante natural de gran interés comercial, que supone más del 80% de los pigmentos que hay presentes actualmente en la industria. Su uso está exento de certificación y se utiliza como condimento, colorante o especia en la industria alimentaria, para elaborar pintura artística, como colorante corporal e incluso para colorar textiles.

A partir de la semilla de achiote se obtiene un extracto crudo cuyo colorante natural está compuesto de dos partes: la bixina que es la parte liposoluble y la norbixina que es la parte hidrosoluble. El colorante es como una masa roja untable que se disuelve poco a poco en agua, alcohol o éter, convirtiéndose en una solución anaranjada.

La pasta de achiote, además de utilizarse como materia prima en la elaboración de condimentos y medicamentos, se emplea también para elaborar cosméticos; tras disolver en agua la carnosidad que envuelve las semillas de achiote, queda como residuo el colorante de color rojo bermejo que es soluble fácilmente en alcohol caliente.

Recomendaciones para el cultivo de achiote

El achiote es un arbusto que se desarrolla rápidamente, con un tallo que puede llegar a medir hasta 30 centímetros, ramificado desde su base, y que alcanza alturas que van de los 3 hasta los 6 metros. Es de hoja perenne, pasada la cosecha tiende a tirar la hoja madura e inmediatamente brotan hojas nuevas.

Su cultivo requiere de suelos de textura franca que tengan entre 4,3 y 8,7 de pH, con una profundidad superior a 1 metro (lo más aconsejable son 3 mts de profundidad), con pendientes del terreno inferiores al 5% y con un buen drenaje, no resiste los suelos mal drenados o con alto contenido de arcilla.

Aunque como cualquier cultivo prefiere terrenos fértiles, también se desarrolla en terrenos pobres con menores rendimientos, pero aportando en estos casos, después de la cosecha con el cambio de follaje, gran cantidad de biomasa que enriquece el suelo.

La cosecha se realiza cada seis meses cortando los racimos por encima del primer nudo del manojo con unas tijeras y cuando las cápsulas están duras al tacto al presionarlas con los dedos.

Japón, China, España y Estados Unidos han incrementado su producción de extractos industriales a base de achiote y demandan más semilla de este cultivo. La Unión Europea prohíbe el uso de colorantes de síntesis química lo que obliga a reemplazar su uso con colorantes naturales como el achiote. En la actualidad hay déficit de achiote, siendo mayor la demanda que la producción.

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