Cultivo de baby kiwi
El kiwi pequeño (kiwiño o baby kiwi) es un fruto más pequeño que el kiwi convencional (se come de un solo bocado), de dos a tres centímetros de longitud que pesa entre 8 y 15 grs, de piel suave y tierna, es pulposo, dulce y sus semillas apenas se perciben. Es un cultivo alternativo prometedor muy delicado, que requiere para el desarrollo del tronco varios años más que el cultivo de kiwi clásico y un exceso de producción en la primera fase puede comprometer su estructura.
En el mercado hay disponibles dos variedades de la marca Nergi, Rua y Tahi, que son seleccionadas mediante cruce por investigadores neozelandeses. Las dos variedades necesitan ser polinizadas por abejas. La floración es uno de los momentos clave de la fase de desarrollo.
En alguna zona de Italia, muchos agricultores han pasado de producir manzanas, melocotones o kiwis a producir estos frutos más pequeños que cuentan con las características gustativas y nutritivas del kiwi pero que aportan mayor resistencia y mejor conservación. Las plantas se pueden traer de Nueva Zelanda, donde el baby kiwi tiene más trayectoria.
Producción de baby kiwi
Con la variedad Tahi se pueden obtener resultados aceptables a partir de los 5 o 6 años de cultivo. La cosecha del primer año puede alcanzar los 5.000 kilos por hectárea y un año después 7.000 u 8.000 kilos por hectárea. A partir del cuarto año se pueden esperar de 10.000 a 12.000 kilos por hectárea, pudiendo alcanzar picos de producción máximos de 20.000 kilos por hectárea. La producción media suele ser de entre 15.000 y 16.000 kilos por hectárea y año, hasta el final de la vida del cultivo que suele ser de 20 a 25 años.
Los baby kiwis se implantan en hileras de 3 por 3 poniendo un máximo del 10-12% de las plantas machos para lograr una buena polinización. La estructura necesaria se compone de postes con un alambre que recorre toda la línea a ras del suelo y otro por encima a 1,80 – 2 metros de altura. A su vez, a cada planta se le coloca un hilo perpendicular a estos alambres por donde se la va conduciendo. De esta manera, va trepando a lo alto y una vez que llega a la parte superior, se extiende por los alambres superiores formando un techo. Es una estructura de parral como la que se usa tradicionalmente para el cultivo de vid. El primer año, el objetivo es que la planta trepe por el hilo conductor hasta llegar al alambre superior; el segundo, que comience a expandirse y el tercero que empiece a sombrear. Las tareas anuales consisten en cortar la hierba de las calles, aplicar herbicida y realizar una poda después de que la planta pierda la hoja, antes del invierno.
El cultivo de kiwi pequeño que generalmente se protege con redes antigranizo y sistemas de protección del tronco, tiene un coste de producción anual en estas variedades de 1,30 – 1,40 euros por kilo. El cultivo de baby kiwi resulta menos sensible a la podredumbre que el kiwi convencional y es extremadamente rústico, lo que permite evitar la aplicación de productos fitosanitarios. Requiere suelos fértiles con un pH por debajo de 7,2 – 7,5 y riego diario localizado o por aspersión de las raíces superficiales. A principios de septiembre, la cosecha que es inevitablemente manual, se suele realizar en unas dos semanas. El fruto refrigerado tiene una duración de 20 días aproximadamente.