Cultivo de la palma de aceite

La palma de aceite es el cultivo oleaginoso que mayor cantidad de aceite produce por unidad de superficie. Con un contenido del 50% en el fruto, puede rendir de 3.000 kgs a 5.000 kgs de aceite de pulpa por Ha., más 600 a 1.000 kgs. de aceite de palmiste.

Los principales países productores: Malasia, Nigeria, Indonesia, Zaire y Costa de Marfil.
El nolí de Colombia, Panamá y Costa Rica, se ha cruzado con la palma de aceite para producir híbridos en los que se consiguen mejorar las características de ambos progenitores.

El aceite de pulpa se usa para producir aceite de mesa,  margarina, manteca, aceite de cocina, jabones… Se usa en la fabricación de acero inoxidable y concentrados minerales. Aditivos para lubricantes, crema para zapatos, tinta de imprenta, velas, también en la industria textil y de cuero, en la laminación de acero y aluminio, en el trefilado de metales, así como en la producción de ácidos grasos y vitamina A.

La semilla de la palma de aceite para su germinación debe someterse a un tratamiento previo de calor en germinadores de aire caliente, con adecuada provisión de oxigeno y contenido de humedad cercano a la saturación. Las semillas calentadas a 39-40 ºC durante 80 días, con contenido óptimo de humedad y buena aireación, germinan rápidamente cuando se transfieren a la temperatura ambiental, el 50% germina en 5-6 días y el resto en 3 semanas.

La palma de aceite es monoica, produce inflorescencias con flores masculinas y femeninas. Mediante la polinización manual puede obtenerse un mayor porcentaje de frutos por racimo, para ello se colectan las inflorescencias masculinas, que se secan a la sombra, el polen obtenido se mezcla con talco en proporción de 1 a 10, y se espolvorea 1 gramo de esta mezcla con un atomizador manual sobre cada inflorescencia femenina.

Este cultivo requiere temperaturas mensuales de 25 a 28 ºC de promedio; temperaturas de 15 ºC detienen el crecimiento de las plántulas de vivero y disminuyen el rendimiento de las palmas adultas.

Se adapta bien hasta alturas de 500 m sobre el nivel del mar. La precipitación óptima debe ser entre 1.500 y 2.200 mm bien distribuida en todos los meses, con una humedad relativa superior al 75%, y con una insolación bien distribuida superior a 1.500 horas anuales.

Las características físicas y químicas del suelo influyen en el desarrollo de la palma de aceite, es favorecida por suelos profundos, sueltos y con buen drenaje.

Al planear la plantación, los drenajes deberán ser paralelos a los caminos principales y secundarios, y los lotes no deben ser más anchos de 300 a 350 m para facilitar el transporte de los racimos a los sitios de recolección. La siembra se realiza en triángulo o al tresbolillo, con distancia 9 x 9 m, de manera que la densidad sea de 143 plantas por hectárea. Se pueden establecer cultivos intercalados para aprovechar el espacio entre las líneas.

El programa de fertilización debe diseñarse tomando en cuenta el análisis químico del suelo, el análisis foliar, los niveles de rendimiento y la edad de las palmas. La aplicación de los fertilizantes se hace en círculos de 0,50 m de radio en palmas al año del trasplante, de 1,50 m a los dos años, y de 2 m a los 3 años; el círculo se agranda en 0,50 m cada año. En los primeros tres años, la palma de aceite exige nitrógeno, fósforo, potasio, calcio y magnesio; al inicio de la producción especialmente potasio, magnesio y boro.

El control de malezas se reduce a mantener limpio el círculo de cada palma. La castración, práctica común que se realiza mensualmente después de los 14 meses y hasta los 27 después del trasplante, consiste en eliminar las inflorescencias masculinas y femeninas jóvenes y los racimos pequeños.

Una palma de aceite adulta elabora cada año de 300 a 500 Kg de materia vegetal: 80 a 230 Kg de racimos, 150 Kg de hojas y 20 Kg de inflorescencias masculinas.