Los mejores pastos para ganado
Para producir los mejores pastos para ganado, como en cualquier otro cultivo, la gestión del agua es factor fundamental para rentabilizar la producción y administrar lo mejor posible todos los recursos.
Determinar cuándo y cómo regar es clave para el éxito.
El riego deficitario genera plantas estresadas y no productivas. El exceso de riego aumenta por otro lado la lixiviación o la escorrentía a nivel superficial. Esto hace que se debilite también la hierba, que queda más expuesta a los ataques de las plagas y al estrés ambiental. Lograr el equilibrio adecuado requiere interpretar bien las necesidades del cultivo y disponer además de un sistema de riego que proporcione en todo momento una respuesta eficiente.
Comprender la evapotranspiración ayuda a programar las necesidades de riego. La evapotranspiración es la combinación de dos procesos: la evaporación del agua de la superficie del suelo y de la superficie de las hojas, y la transpiración de agua desde las plantas hacia la atmósfera. La primera está relacionada con la temperatura, la humedad y la velocidad del viento. La segunda comienza con la entrada de agua por las raíces, moviéndose a través de los tallos y las hojas para finalmente escapar a través de los poros. El nivel de evapotranspiración se ve afectado por el tiempo, el tipo o especie de planta y por la etapa de crecimiento del cultivo.
Existe información pública sobre la evapotranspiración local a través de las estaciones meteorológicas. Estos datos pueden ayudar a establecer estimaciones precisas de las necesidades diarias de agua.
Tipo de suelo preferente para producir los mejores pastos para ganado
En general, toda variedad de pastos para ganado necesita al rededor de 2,5 centímetros de agua por semana para mantener el crecimiento y color normales. Pero las tasas de agua dependen del tipo de suelo, la especie de hierba cultivada y las condiciones atmosféricas.
Las tasas de infiltración de agua y las tasas de retención varían con el contenido de arena y arcilla del suelo. Por ejemplo, con la aplicación de 2,5 centímetros de agua: en suelo arcilloso profundizará 10,2 centímetros, en un suelo de marga (arcillas, limos, arenas y materia vegetal descompuesta) 20,3 cm y en suelo de arena 38,1 centímetros.
Los suelos arcillosos o de textura fina son los menos aconsejables para la producción de cualquier variedad de pastos para ganado. Al absorber el agua lentamente, necesitan más agua para obtener niveles uniformes de humedad del suelo y permanecerán húmedos durante periodos prolongados. Además, la siega deberá ajustarse al momento en que la maquinaria pueda pasar por el terreno. No son recomendables los suelos que estén mal drenados. Tampoco los suelos arenosos que, aunque absorben el agua más rápido que los suelos arcillosos, retienen menos agua y necesitan más agua para mantener unos niveles de humedad adecuados.
Los suelos más adecuados para producir los mejores pastos para ganado son los suelos de marga.
Tienen buena capacidad de retención del agua y menos densidad en comparación con los suelos arenosos o arcillosos.