Condiciones para instalar un sistema de riego
Se ha demostrado que el uso racional del riego permite alcanzar un alto nivel de rendimiento en el cultivo, aprovechando mejor los fertilizantes, lo que provoca una disminución de los costos.
Para obtener altos rendimientos en el cultivo, la correcta administración del agua es fundamental. Debemos usar con la máxima eficiencia posible el recurso que tenemos más a mano: el agua de lluvia y lograr que se infiltre en los suelos sin que se encharquen o se pierda por escorrentía. Para conseguirlo, el suelo no debe estar compactado o pulverizado, ni debe estar labrado con arado o disco.
Para que no se genere compactación, deberá existir cobertura vegetal durante el período de barbecho, ya que el impacto de las gotas de lluvia contra la superficie del suelo es menor. Parte de esa agua es retenida por la misma cobertura y liberada más lentamente, permitiendo una mejora de las condiciones para infiltración y disminuyendo la escorrentía. Por ejemplo, el cultivo de maíz tiene unas necesidades variables de agua en las distintas etapas de crecimiento y desarrollo con un máximo en todo el ciclo de 500 a 600 mm. de agua. Durante la formación de la espiga se da el máximo consumo diario y se determina el rendimiento potencial máximo de la planta, hasta el momento de la formación del grano, donde requiere unos 300 mm.
Variables a considerar al instalar un sistema de riego
Hay que considerar algunas variables antes de tomar la decisión de instalar un sistema de riego.
Se debe conocer la profundidad y ubicación del acuífero, así como la cantidad y calidad del agua. Es relevante conocer la calidad del agua en relación a su salinidad y su peligrosidad sódica. Las aguas con un contenido salino de hasta 0,50 gramos por litro se pueden utilizar en casi todos los casos. Mientras que sólo se podrán usar para regar suelos con muy buena permeabilidad, produciendo cultivos con buena tolerancia a la salinidad, si el contenido es de hasta 2,5 gramos por litro. Si las aguas superan una salinidad de 2,5 gramos por litro, no sirven para el riego.
El índice RAS señala si el agua es apta para riego o si puede producir la sodificación del suelo, que es perjudicial para los cultivos. Es decir, mide su peligrosidad sódica al indicar la relación entre los contenidos de sodio, calcio y magnesio en el agua.
Los sistemas de riego más usados son:
- Riego por surcos.
- Riego por aspersión. Para este sistema de riego existen varios métodos: Pivote central, sistema de avance frontal o Pivote frontal y los enrolladores (cañón aspersor). Cada uno de ellos requiere de un tipo de instalaciones específicas y tiene un costo diferente.
Alguno de los aspectos a valorar para elegir un tipo de sistema u otro son:
- El caudal disponible de agua.
- La superficie a regar.
- La capacidad del equipo.
- El turno de riego (cuántos días son necesarios para regar una superficie determinada).
- La topografía del terreno
- La presencia de obstáculos y la mejor forma de evitarlos.
- La conducción del agua hasta el punto de riego.
Es imprescindible valorar también las características propias del suelo: estructura, permeabilidad, capacidad de retención de agua y de penetración radicular.
Es necesario también atender el suelo, la fertilización, el laboreo, y el control de malezas y de insectos para que el rendimiento del riego aumente significativamente.
Su artículo es muy interesante y facilita todos los datos a tener en cuenta a la hora de diseñar un sistema de riego u otro.
Las pautas detalladas en el artículo me han servido para orientar la transformación a regadío de mi finca.
Felicidades por su trabajo, es muy fácil de entender. Agradezco que compartan sus conocimientos.