Embalses, estanqueidad e impermeabilización
El uso de balsas de tierra impermeabilizadas mediante geomembranas, ha ido adquiriendo una progresión importante para la optimización de las zonas con carencia de agua para riego.
Estas balsas o pequeños embalses, solucionan por su rápida construcción el regadío inmediato en zonas áridas o de poco recurso hídrico. Su confección se basa en excavar, compactar e impermeabilizar, sin necesidad de complicados estudios ni de permisos especiales, y como normalmente la elección de su emplazamiento es próxima a la zona de suministro, los costos de las conducciones son muy reducidos.
Preparación de los trabajos en embalses
Una vez realizadas las excavaciones y compactaciones requeridas para la formación del embalse, en las dimensiones, forma y emplazamiento definidos, se inician los trabajos previos de preparación de la estanqueidad. El terreno que haya de recibir a la geomembrana estará compactado por capas no superiores a 70cms, con un grado final de compactación igual al 90-95%, exento de toda vegetación y libre de piedras. Los trabajos auxiliares de albañilería tales como arquetas, conducciones de los drenajes, bocas de afloramiento del agua, etc., deberán estar finalizados para cuando se inicie la colocación de la geomembrana. Los sacos de lastres se procurarán cerrar por sus aberturas y así evitar en su movimiento que puedan verter piedras y elementos extraños, los cuales podrían afectar a la geomembrana al ser pisados.
Todo tipo de zanjas para el anclaje de la geomembrana en la coronación o para anclajes intermedios, deberán también estar preparadas para evitar riesgos de roturas o desgarros. Es importantísimo que las planimetrías de los taludes y del lecho que configuran el embalse sean las correctas, y que las superficies en donde se asentará la lámina estén listas. Si antes de la colocación de la geomembrana lloviese y se produjeran los inevitables “regueros”, éstos se deberían compactar hasta su total desaparición. Una medida preventiva, segura y eficaz para la vida de los embalses, es colocar antes de la geomembrana un geotextil adecuado, protector contra el soporte y con funciones drenantes.
Técnicas de aplicación y detalles constructivos
La preparación en taller de grandes panales, si bien encarece el transporte de la geomembrana, evita luego mayor número de soldaduras en la obra. El embalaje y transporte de los paneles ha de ser cuidadoso, realizando las descargas con prudencia para evitar desgarros. Las piezas prefabricadas enrolladas serán colocadas en la coronación de la balsa para ser posteriormente desplegadas, y así iniciar el revestimiento de los taludes.
Las soldaduras entre los panales, solapados entre sí un mínimo de 15 cms., se realizarán según el proceso escogido (aire caliente o disolvente) y luego se repasarán convenientemente. En la extensión de los panales se cuidará la ausencia de arrugas en la medida de lo posible, y se preverán las zonas a lastrar para evitar la acción del viento. El anclaje de las geomembranas se practicará en la coronación del embalse, una vez se hayan soldado entre sí los panales para evitar posibles tensiones. El método más usual consiste en enterrarla en una zanja perimetral de dimensiones mínimas de 30 X 30 cms., y situada a 1 metro del borde. Al proceder al llenado de la zanja de anclaje, se debe vigilar que en el vertido de las tierras no existan elementos cortantes, los cuales posteriormente al ser compactados podrían afectar la geomembrana.
Si por necesidades del proyecto, la geomembrana debiera anclarse también en las paredes de los taludes, se procedería al mismo sistema de anclaje por zanjas y con observación de las mismas precauciones con los vertidos de tierra y posterior compactado. Una vez formada la geomembrana en los taludes, todos o por zonas, se procederá a la extensión de los paneles que correspondan al lecho del embalse, soldándose entre sí y con los de los taludes. Se prestará mucha atención a las entregas de las geomembranas con las bocas de entrada o salida de agua, aliviaderos, arquetas, etc., en forma y modo de que queden perfectamente estancas, usando perfiles colaminados y masillas.
Para alargar la vida de la geomembrana se recomienda adoptar las siguientes medidas: disipadores de energía sobre la membrana en el punto de contacto con el agua de llenado. Protección con un geotextil o con otra membrana de las superficies entre el nivel de agua y el murete de coronación. Ventilar la geomembrana para evitar los efectos de succión del viento, bien prolongando hasta la coronación los tubos de drenaje, bien previendo aberturas en los taludes sobre el máximo nivel de agua.
Las obras complementarias de albañilería tales como, murete perimetral superior, valla exterior contra el vandalismo y las alimañas, fijación de los taludes exteriores por los procedimientos acostumbrados (riegos asfálticos, mallas ancladas, vegetación, etc.) y cuerdas estratégicas de socorro, concluirán los trabajos. Finalmente deberá practicarse una prueba de llenado por niveles progresivos, para obtener un control de las posibles fugas
Muy interesante, gracias por el artículo.