¿Regar de día o de noche?
Los sistemas de riego Pivot son posiblemente el mejor sistema de riego y más concretamente en la aplicación de riego por aspersión de baja presión. Esta reducción en la presión no solo afectará al rendimiento de los cultivos, sino que puede evitar además la construcción de la estación de bombeo, que supone una inversión y un coste energético importante.
Con el Pivot el agricultor tiene mucha tecnología al alcance de su mano para mejorar la rentabilidad de su explotación y reducir los costes.
En cualquier caso, ya sea con este sistema o con cualquier otro, lo importante es regar sólo con el agua necesaria. Y no menos importante es saber cuándo es mejor regar.
Los regantes deben aprovechar herramientas como la red de estaciones agrometeorológicas. A partir de ellas, pueden ajustar las necesidades de riego y aumentar su eficiencia en la producción ahorrando agua y energía. Estas estaciones proporcionan información diaria de temperatura, velocidad del viento, humedad, e incluso evapotranspiración de referencia y pluviometría.
¿Cuándo y cuánto regar?
La clave está en manejar el riego por aspersión para alcanzar la mayor producción y conseguir más kilos por cada unidad de agua que la planta evapotranspira.
¿Cuándo es mejor regar de día o de noche? ¿Con qué frecuencia? ¿Todos los días? ¿cada dos o tres?
La respuesta a estas preguntas dependerá del cultivo. Hoy nos vamos a centrar en el cultivo de alfalfa y en el de maíz.
Regar de día o de noche en los cultivos de maíz y alfalfa
En el caso de la alfalfa, dado que sus hojas son no mojables, es decir, repelen el agua, no hay diferencia de producción tanto si se decide regar de día o de noche. Tampoco dependerá de la mayor o menor frecuencia de riego.
Otra cosa es el cultivo de maíz. Dado que la aplicación del agua esta muy influenciada por la velocidad del viento, la pérdida de humedad es mayor durante el día. En el caso del maíz, la aspersión crea en las hojas una especie de lámina que dificulta la fotosíntesis. A ello se suma que al regar por el día el agua se queda sobre la planta evaporándose con rapidez y provocando una mayor concentración de sales. Y aunque un riego con más frecuencia mantiene una humedad en el terreno más constante, al mojar más la planta se multiplica el efecto de entrada de las sales.
En el cultivo de maíz se obtienen mayores producciones regando por la noche que regando por el día. Regando de día la concentración de sodio en las hojas del maíz se multiplica por tres, lo que equivale a un descenso significativo en la producción. El consejo con el maíz es regar de noche, da igual la frecuencia, pero está demostrado que regar de día con alta frecuencia reduce en gran medida la producción de grano. Puestos a regar de día, mejor hacerlo cada tres o cuatro días.