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Agricultura y Riego

Programación para regar maíz

regar maíz

A la hora de regar maíz, un programa que coincida con las etapas críticas del crecimiento del cultivo, limitando el agua y la frecuencia de los riegos, conseguirá aumentos más significativos en los rendimientos que aplicar unas fechas genéricas en el calendario de riego.

Programación para regar maíz

Regar según el calendario

Al programar el riego según este sistema, se establece un calendario. Se tendrá en cuenta la etapa de crecimiento del híbrido, la fecha de siembra, las características del suelo y la capacidad del sistema de riego. Funciona mejor en la teoría que en la práctica, ya que no tiene en cuenta los cambios en las condiciones climáticas o las etapas de desarrollo de los diferentes híbridos. Las altas temperaturas pueden aumentar la pérdida de agua por evaporación. Y pueden empujar al cultivo hacia un periodo de crecimiento más crítico y más rápido.

Regar según la apariencia de la cosecha de maíz

Hay una serie de signos visibles, como el enrollamiento de las hojas o el color azul-gris de la planta, que señalan el estrés por humedad del maíz. La espera hasta que el estrés sea visible supone a menudo una reducción severa de la producción. Especialmente si el cultivo está en la etapa previa a la borla (parte masculina al final del tallo que se compone de pequeñas flores que producen polen), la polinización o la ampolla. No habrá tiempo para aliviar el estrés en todo el campo a menos que se diseñe un gran margen de exceso de capacidad en el sistema de riego. La investigación y la experiencia práctica indican que hay métodos de programación más fiables.

Regar maíz por etapas de crecimiento

Este sistema se asemeja al primer enfoque, pero la cosecha de maíz se utiliza como calendario. Muchos productores tienen éxito mediante este método. El conocimiento de los patrones de uso del agua en varias etapas de crecimiento del maíz permite al agricultor programar las aplicaciones de agua de acuerdo con la demanda de los cultivos. El principal problema de esta alternativa es que tenga lugar una falta de riego lo suficientemente abundante como para mantenerse al día con la demanda del cultivo durante los periodos de uso intensivo. Esto se puede evitar mediante una planificación anticipada, para que la demanda de agua del cultivo nunca exceda la capacidad del sistema de riego.

El empleo de la etapa de crecimiento de la planta junto con los patrones de uso del agua, no tiene en cuenta la humedad ya presente en el perfil del suelo. Procedente de las lluvias o de los riegos anteriores. Esto podría causar un exceso de riego. Sin embargo, proporciona una buena estimación del agua necesaria y del tiempo requerido para aplicarla. Además, permite al productor evitar el estrés hídrico durante los periodos de mayor consumo de agua. Al regar maíz programando según los periodos de necesidad crítica de agua se pueden obtener buenos rendimientos.

Riego de maíz por el estado de humedad del suelo

La programación del riego según el calendario, la etapa de crecimiento o la apariencia del cultivo ignoran la cantidad de humedad disponible en el suelo. Es obvio que si se conoce la humedad disponible actualmente para el cultivo y cuánta necesita en cada momento, la aritmética simple dirá cuándo se debe aplicar más. Dada la mayor precisión y fiabilidad, la programación en función del estado de humedad del suelo es cada vez más popular entre los productores a medida que aumentan los costos de energía y otros gastos asociados al riego. El uso de este método de programación para regar maíz exige entender y ser capaz de interpretar las propiedades de humedad del suelo. Una medición precisa de la humedad disponible para el uso de la planta es vital para alcanzar el éxito. Es esencial familiarizarse con tres términos o propiedades del suelo:

  • Capacidad de retención del campo. Humedad en el suelo y sus poros después de que la escorrentía y el drenaje libre hayan cesado.
  • Humedad disponible del suelo. Humedad que se mantiene en el suelo contra la fuerza de la gravedad, expresada como un porcentaje de la capacidad de retención del campo.
  • Punto de marchitamiento permanente. El punto donde la humedad disponible está retenida tan firmemente por las partículas del suelo, que las plantas no pueden extraerla para su uso. Se cierra el suministro de agua dando lugar al marchitamiento de las plantas.

La humedad del suelo disponible incluye la textura, la estructura del suelo, y la densidad aparente resultante. Un suelo de textura más fina contendrá más agua total que un suelo más grueso, ya que el suelo más fino tiene un mayor porcentaje de espacio en los poros para retener el agua.

La humedad del suelo en un momento dado se puede medir con tensiómetros, medidores de resistencia, sondas de neutrones…

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