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Agricultura y Riego

Pautas para una gestión del riego sostenible

riego sostenible

Las explotaciones agrícolas en general, y más concretamente, aquellas que tienen limitaciones hídricas o un alto riesgo de sufrirlas, deberían establecer medidas de control que garanticen un uso responsable del agua.

Se pueden incrementar recursos hídricos con el riego sostenible gracias a la utilización de aguas regeneradas y de aguas desaladas de mar o de fuentes salobres. También es importante afrontar la reducción de pérdidas de agua por transporte y distribución que conlleva la modernización de las infraestructuras hidráulicas en redes colectivas de riego. Hay que optimizar el manejo del riego en estas instalaciones, adecuando la cantidad de agua aplicada a la demanda de los cultivos.

Los agricultores tienen el reto de adoptar tecnología y estrategias de riego sostenible para optimizar el uso del agua, manteniendo los niveles de producción. La producción agrícola, además de aplicar uniformemente los insumos, debe tener en cuenta la variabilidad de los factores determinantes, atendiendo a las necesidades reales de cada zona de cultivo. Además, optimizar los insumos incrementa los beneficios económicos y medioambientales.

Las propiedades hídricas del suelo pueden ser más o menos heterogéneas dentro de una misma finca de cultivo, pudiendo presentar zonas deficitarias de riego y zonas sobre regadas. Disponer de un mapa delimitando estas zonas, puede ser un buen punto de partida hacia la optimización de los aportes de agua. Hoy día facilitan este trabajo de mapeo de la finca, las cámaras térmicas hiperespectrales de alta resolución colocadas en vehículos aéreos no tripulados o incluso sobre las barras de un equipo de pulverización y también los sensores de inducción electromagnética móviles.

Con esta información se puede diseñar una instalación de riego sostenible que atienda a las diferentes necesidades de cada zona y todavía es mejorable la optimización con el uso de sensores que permitan monitorizar el estado hídrico del suelo y de la planta.

Sensores que por ejemplo, pueden funcionar de forma autónoma con las energías renovables, que transmiten la información vía radio (sin necesidad de cables), en tiempo real y que pueden ser instalados de forma aislada en cualquier punto de la finca para monitorizar las constantes vitales de las plantas a través de las raíces, ya que éstas son el órgano principal que la planta utiliza para recibir los nutrientes que sintetizará para su desarrollo y la cantidad exacta de agua retenida en el suelo o su salinidad, información que facilitará las decisiones de riego.

Para una visión general correcta se deben considerar también las siguientes variables: homogeneidad del suelo, inclinación del terreno, iluminación y orientación solar, tipo de cultivo, extensión total de la finca, y sistema de riego disponible.

Como estrategias posibles de riego, el agricultor se puede decantar por mantener un nivel de humedad en la zona radicular suficiente para cubrir los niveles de transpiración y evitar efectos indeseados en el cultivo por déficit hídrico del suelo, para ello es muy importante una correcta y estratégica colocación de los sensores. Otra opción para el agricultor sería regar por debajo de las necesidades hídricas del cultivo, el denominado sistema de riego deficitario. Esta estrategia de riego realizada de forma óptima mediante un control riguroso del estado hídrico del cultivo en ciertos periodos fenológicos, puede mantener e incluso incrementar el nivel de rentabilidad de las explotaciones agrícolas con un uso eficiente del agua.

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