Suelos de cultivo
Características del suelo
Evaluar las características del suelo para poder determinar el diseño del sistema de riego es importante, igual que resulta crucial evaluar esas características para saber si la programación del agua de riego es efectiva. Para comprender esto mejor, es interesante observar varios tipos de suelos de cultivo y notar las diferencias de color, inclinación, y su comportamiento cuando el suelo está húmedo o está seco. Estas observaciones pueden relacionarse con una razón específica y de hecho, ejercen una influencia significativa en la capacidad de retención del agua, también en la disponibilidad y en las tasas de consumo, que afectan a la programación del riego.
El perfil del suelo o de la zona de las raíces, está compuesto normalmente por tres capas de tierra. Estas capas se denominan suelo superficial (tierra vegetal), subsuelo y materia de origen. En la capa superior del suelo es donde se desarrolla la mayor parte de la actividad. En esta zona de suelo es donde más labores de labranza y fertilidad se desarrollan.
Clasificación de las texturas del suelo
Todos los tipos de suelo están formados por diferentes proporciones de arena, limo y arcilla.
- Suelos arenosos: Textura gruesa (arena y arena arcillosa).
- Suelos limosos: Textura moderadamente gruesa (arcilla arenosa y arcilla arenosa fina), textura media (arcilla arenosa muy fina, limo, franco limoso y sedimentos) y textura moderadamente fina (limo de arcilla, suelo franco de arena arcillosa y suelo franco de arena limosa).
- Suelos arcillosos: Textura fina (arcilla arenosa, arcilla limosa y arcilla).
Estructura del suelo
La disposición de las partículas del suelo, individuales, en grupos, o agregadas, determina la estructura de los suelos de cultivo. Se puede dar una estructura diferente de suelo cuando se enfría, congela o descongela, por la penetración de las raíces, y con la acción de sustancias orgánicas e inorgánicas.
Por ejemplo, el suelo por su estructura se puede definir como: granuloso, de bloque prismático, y laminar. Una estructura específica depende de la forma en que los gránulos o partículas están unidos.
La estructura del suelo afecta a la tasa de consumo de agua, a la permeabilidad, a la capacidad de retención del agua y a la disponibilidad por hectárea. Habrá un porcentaje menor de porosidad en suelos arenosos que en limos y arcillas. En los suelos de cultivo con una textura más fina, cuando un grupo de partículas funciona como una sola, aumenta la porosidad y mejora la permeabilidad del agua.
Agua y suelos de cultivo
Cuando se aplica agua en la tierra, se llena el espacio de los poros en el suelo y envuelve las partículas y cúmulos de tierra. La acción de la gravedad y la capilaridad favorecen que el movimiento del agua se produzca. La gravedad empuja el agua en un movimiento hacia abajo, mientras que las fuerzas de capilaridad originan que el agua se mueva en horizontal, diagonal y vertical. El agua que fluye entre hileras, no puede tocar la superficie total, pero una vez que el agua ha dejado de fluir, se observa que la humedad penetra en las otras zonas.
Hay tres efectos del agua en el suelo:
- Agua gravitacional: se mueve hacia abajo por la gravedad.
- Agua por capilaridad: se mueve de unas partículas de suelo a otras, de forma horizontal, vertical o diagonal, para buscar el equilibrio en contra de los efectos de la gravedad.
- Humedad higroscópica: una fina película de humedad que rodea cada partícula de suelo y que no puede ser extraída por la planta.
Excelente aporte. Muchas gracias por la información.
Interesante aporte, me sirve como apoyo para organizar un biohuerto.
Gracias por la información, muy didáctico el artículo.
Una pregunta ¿en zonas de dehesa, sería efectivo implantar riego para cultivar plantas como la moringa?