Mantener los equipos de bombeo
A la hora de seleccionar los equipos de bombeo, dentro del sistema hidráulico de las transformaciones a regadío, se persigue como objetivo alcanzar prestaciones elevadas y optimizar su consumo energético en cualquier circunstancia. Existe una amplia gama de unidades de transmisión para accionar las bombas, pudiendo utilizar la mayoría de motores disponibles en el mercado, lo que permite seleccionar los más modernos (que ofrecen un mayor rendimiento y un menor consumo).
El mantenimiento preventivo evita el desgaste. Nada más percibir signos de daños, ya sean ruidos u otras anomalías hay que proceder a su reparación o sustitución de componentes para evitar males mayores. Dado que las bombas representan una parte vital y su adquisición es un proceso difícil y lento, hay que dedicar una atención especial a su operación y cuidado. El objetivo es tratar de obtener el máximo de eficiencia y el mínimo de reparaciones.
Sugerencias relativas al mantenimiento de los equipos de bombeo
Un sistema de bombeo no se mantiene solo. La frecuencia de mantenimiento no es la misma para todas las bombas, sino que varía según las condiciones de servicio. Una bomba que trabaje con agua limpia necesitará mucho menos mantenimiento que una bomba del mismo tipo y tamaño que trabaje con agua con arenisca.
Una inspección periódica resulta económica en comparación con las paradas forzosas debidas a daños o fallos en las diferentes partes de la bomba. Las inspecciones de la bomba deben hacerse bimestral o anualmente, según la clase de servicio. Cuanto más pesado sea el servicio, más frecuente debería ser la inspección. La inspección debe ser completa y debe incluir un chequeo cuidadoso de las tolerancias entre las partes giratorias y las estacionarias, así como una revisión del estado en que se encuentran todas las partes expuestas a roces o a daños causados por arenisca y/o corrosión.
Ahorro de energía en un equipo de bombeo
Si disminuye el rendimiento del equipo de bombeo en la impulsión de agua del pozo, por lo general se debe a que los tramos de las bombas están picados o sueltos. Esto supone un mayor gasto de gasoil o de energía eléctrica y deriva en un mal aprovechamiento. Un poro en los tubos de impulsión puede acabar perforando la tubería del pozo y ocasionar problemas por la entrada de grava y arena.
Si la bomba se descarga, es muy alta la probabilidad de tener los tramos picados. La solución es sacarlos y repararlos o sustituirlos. Si la bomba no se descarga pero se detecta que ha bajado su rendimiento, hay que pensar en un posible desgaste de las turbinas o en un descenso del rendimiento de la perforación.
Al eliminar el problema de cebado en las aspiraciones se aumenta la operatividad de los equipos de bombeo, economizando su consumo.
Utilizando variadores de velocidad en los equipos de bombeo de agua, se pueden variar las revoluciones a las que gira el motor y por tanto la bomba. Así se puede controlar la presión y el caudal preciso, consumiendo sólo la energía necesaria.